Seis entidades ecologistas buscan voluntariado para vigilar los huevos que una tortuga boba puso la noche de viernes a sábado en la playa Llarga de Tarragona.
El reptil puso 99, de los cuales dos se rompieron y una quincena los cogieron técnicos de la Generalitat para ponerlos en una incubadora para garantizar y estudiar el desarrollo. Los 80 restantes están bajo la arena, en un espacio delimitado por la Guardia Urbana de Tarragona y que está vigilado por voluntariado, que hacen turnos de dos horas por la mañana y cuatro por la tarde.
De momento son unos 35 pero las organizaciones confían en llegar al centenar durante el verano, puesto que también necesitan personas para peinar las playas por si hay más tortugas que hacen nuevos nidos.