Cambio de ritmo de Ricomà

¿Nuevo escenario? El alcalde se acercó al PSC en el pleno del viernes e indicó que «ya se verá el recorrido que tiene». La CUP se queda atrás y le insta a «cumplir el acuerdo presupuestario»

05 abril 2020 09:30 | Actualizado a 09 abril 2020 11:10
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El pleno telemático del pasado viernes puede haber significado un punto de inflexión a las puertas de cumplir el primer año de mandato de Pau Ricomà al frente de la Plaça de la Font. Como maillot amarillo que es, hasta la fecha el líder de ERC había contemporizado a lo Indurain, permaneciendo a rueda en el pelotón, sin forzar la máquina para pasar las etapas –con la del presupuesto municipal como reina– y dotar de estabilidad a su equipo. En sus primeros diez meses de mandato, Ricomà ha rodado junto a sus dos principales gregarios –Junts y CUP–, que son las dos formaciones que le han marcado el ritmo y que le han permitido mantener a distancia al anterior líder, el PSC.

Sin embargo, en pleno descenso del puerto principal del año 
–la negociación de las cuentas– ha aparecido la mayor tormenta que se recuerda en décadas –la Covid-19–, que ha cambiado todo el panorama y que ha disgregado el pelotón. Tres semanas después del confinamiento obligatorio, en pleno diluvio por la caída de los ingresos municipales y por la situación de urgencia social, parece que el vendaval ha facilitado una nueva vía de diálogo y de colaboración, como pudo verse el pasado viernes entre el ejecutivo de Esquerra y En Comú Podem con el PSC, además de Junts per Tarragona.

Un 1% del pacto con la CUP

En la sesión se puso de manifiesto el cambio de ritmo que Ricomà ha dado en esta parte de descenso de la etapa junto al PSC, dejando de entrada atrás a la CUP. Así pudo comprobarse en la aprobación del modificativo de crédito de un millón de euros que la formación socialista votó a favor ante las críticas de las cupaires, que también lamentaron que el ejecutivo «está haciendo lo mínimo» en la crisis sanitaria.

De hecho, ejecutivo y PSC pactaron un paquete inversor de 90.000 euros para entidades sociales y deportivas, mientras que en el modificativo solo se incluyeron 10.000 euros a petición de las anticapitalistas para poner sillas y mesas a disposición de colectivos y entidades. Se da la circunstancia de que hace tres meses, en pleno ascenso al puerto especial de los presupuestos, cupaires, ERC y Comuns firmaron un acuerdo para aprobar las cuentas en el que se preveía un conjunto de medidas a nivel social y educativo por valor de un millón de euros, del que hasta la fecha solo se ha cumplido un 1%, precisamente, los 10.000 euros del pasado viernes.

Todo ello ha tensado de nuevo las ya de por si complicada relaciones que el gobierno mantiene con las cupaires, que ahora siguen reclamando al alcalde que «materialice el cambio que prometió en campaña a su electorado», y que debería avalarse en primera instancia con el acuerdo de diciembre. «Dependemos de la honestidad de ERC y de su compromiso por cumplir con quien le permitió asumir la alcaldía y aprobar las cuentas», afirma Laia Estrada, quien lamenta que Esquerra «prefirió aprobar un modificativo que no incluía ninguna medida contra el coronavirus con los votos de Ballesteros antes que con los de la CUP».

Justo acabada la etapa del viernes, Ricomà aseguró que «hoy se ha visto quién tiene ganas de sumar y quién no», y se mostró enigmático sobre si la escapada con los socialistas puede tener futuro. «Ya se verá qué recorrido tendrá», afirmó en un encuentro virtual con periodistas. Esto le originó las críticas de Estrada, quien acusa al alcalde de «confundir lo de las ganas de sumar con un posicionamiento seguidista y acrítico». Parece que el post coronavirus podría comportar un pelotón diferente, con nuevos compañeros de escapada.

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