Campaña para pedir un cuidador para el pequeño Biel cuando está en el 'cole'

Las ampas lamentan que el comedor no se vea como un espacio educativo. Una madre consigue más de 66.000 firmas en Change.org para conseguir un vetllador para su pequeño con una discapacidad superior al 75%

20 septiembre 2021 21:20 | Actualizado a 26 septiembre 2021 06:00
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Biel tiene once años, un trastorno del espectro autista (75% de discapacidad) y estudia sexto de primaria en una escuela del Baix Camp. Su madre, Ana Isabel García, ha comenzado a remover cielo y tierra desde que se enteró de que en la escuela, donde ha comenzado este curso, había un monitor en el comedor para 36 niños, cuatro de ellos con necesidades educativas especiales. Esta semana la situación ha mejorado algo: han puesto una segunda persona, aunque solo dos horas, y el lapso de comedor es de tres.

En vista de la situación, organizó una recogida de firmas en la plataforma Change.org que en una semana ha conseguido más de 66.000 firmas. García explica que su hijo está acostumbrado a ir al comedor y necesita mucha atención debido a su grado de discapacidad. Aunque es muy selectivo con la comida, es capaz de comer por sí mismo, pero el problema es que se puede escapar corriendo, algo que a la familia le preocupa.

Pero más allá de comer, esas horas son importantes para Biel en lo que se refiere a la socialización. Él no entiende las normas de los juegos, pero con los cuidadores que ha tenido en la escuela acaba jugando con los demás e integrándose. 

«Es una especie de ángel de la guarda que le ayuda a ser uno más», dice su madre, que tiene hora el martes para presentar su queja ente el Síndic de Greuges.

Injusticia

«No es justo, no se trata de quitar horas de vetllador (cuidador) de un sitio para ponerlas en otro. Nadie quiere una lucha entre comedor y escuela. El que necesita el vetllador es el niño», explica Ester Martínez, de la Plataforma d’AMPAs de Tarragona. 

Diferentes ampas de escuelas públicas de la ciudad comparten la misma preocupación: las horas de cuidadores para los niños con necesidades educativas especiales son insuficientes y esta falta termina por notarse en la hora de comedor. «Y nos gustaría que se entendiera que el comedor también es un espacio educativo».

Señala que hay que tener en cuenta que el niño que necesita un cuidador en clases generalmente también lo necesita en el comedor. Además, hay necesidades muy diversas y de distinta intensidad. «Hablamos de que hay niños con problemas de deglución que necesitan una atención casi exclusiva», ejemplifica.

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