Cáritas de Tarragona alerta de que la pobreza se cronifica

La entidad atendió el año pasado a 5.549 personas en la demarcación, la mayoría mujeres

14 junio 2019 11:43 | Actualizado a 14 junio 2019 15:54
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La recuperación económica es innegable, pero la salida de la crisis no ha sido igual para todos. Además, los ciudadanos que se encuentran en una situación más holgada se han ‘cansado' de ser solidarios.

Son algunas de las conclusiones que se hacen evidentes después de conocer la Memoria 2018 de Cáritas Diocesana de Tarragona y de hablar con su presidente, Salvador Grané.

La entidad atendió directamente a 5.549 personas y hasta 15.638 se beneficiaron de su acción a través de alguno de los 26 proyectos que tienen en marcha. La cifra es similar a la del año pasado (5.628 beneficiarios en 2018).

Uno de los datos más relevantes es el hecho de que el 63% de las personas atendidas son mujeres, lo que habla claramente de la feminización de la pobreza. Además también llama la atención que el 22% de las personas atendidas viven solas y el 56% tienen hijos a cargo (el 36% vive en pareja y el 20% son familias monoparentales).

Vivienda y trabajo, la prioridad

Grané apunta que, en la labor diaria de la entidad queda en evidencia que los factores que más influyen en las dificultades para salir de la pobreza están la vivienda «la subida de los alquileres se ha notado» y la falta de trabajo. De hecho el 71% de las personas que atienden se encuentra en el paro.

Esto les está llevando, explica, a intensificar acciones de formación para tratar de mejorar las posibilidades de empleo de estas personas. Este año, por ejemplo, han iniciado cursos de catalán y castellano con una altísima demanda. «Pero somos conscientes de que cuando llevas mucho tiempo en el paro pierdes los ánimos y la energía».

Cáritas también ha detectado un aumento de las personas que llegan huyendo de conflictos y de la miseria. El año pasado 504 personas recibieron apoyo jurídico relacionado con procesos de inmigración. Es un punto clave teniendo en cuenta que un 26% de las personas inmigradas está en situación irregular, hecho que dificulta su acceso al mercado laboral. 

No obstante, apuntan desde la entidad, la exclusión social no es sólo económica, sino también emocional. Es por ello que también han dedicado esfuerzos a paliar la soledad en la que viven muchas personas mayores. En 2018, dieron acompañamiento emocional a 170 abuelas y abuelos.

Para realizar todas estas acciones cuentan con 1.170 personas voluntarias y 36 profesionales contratados, de los cuales un 16% son nuevas incorporaciones. 

El cansancio de la solidaridad

La memoria de la entidad en Tarragona coincide este año con el VIII Informe Foesa de Cáritas Española que destaca que una de cada cinco personas en Catalunya sufre exclusión social.

Uno de los datos preocupantes del informe, explica Grané, es que las personas que se encuentran en una situación estabilizada dan señales de cierto «cansancio de la solidaridad, hay menos empatía y culpabilizamos a los que están en peor». De hecho según el informe, un 50% de los encuestados reconoce que  ayudaría menos que hace 10 años.

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