Carla Aguilar-Cunill: «No puede volver a sobrar dinero en Serveis Socials»

¿En minoría hasta 2023? «La negociación de verano con la CUP fue errática, quedó en stand by. En las reuniones bimensuales veremos si estamos cómodas para ampliar el gobierno. No descartamos nada»

30 diciembre 2019 20:00 | Actualizado a 16 febrero 2020 16:27
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Carla Aguilar-Cunill (Burgos, 1986) es la primera teniente de alcalde y concejal de Participació, Serveis Socials y Benestar Animal del Ayuntamiento de Tarragona desde el pasado 15 de junio, tras firmar un acuerdo de gobierno con ERC.

¿Qué valoración hace de este primer medio año del pacto con Pau Ricomà?

Muy positiva. Estar en el gobierno municipal era un objetivo, pero éramos conscientes de que era difícil de lograr. Es un reto enorme, tanto a nivel de creación de equipo como de poder tirar hacia adelante todas aquellas políticas que queremos hacer realidad.

¿Estos seis meses han sido como habían imaginado?

Es una etapa muy bonita, pero también muy dura a nivel personal. Me ha cambiado absolutamente la vida.

¿Qué nota le pondría a la gestión del gobierno municipal?

Una de muy alta, un notable o un excelente. Estoy muy orgullosa de lo que estamos haciendo, y esto no quiere decir que todo lo hayamos hecho bien. Pero estamos aprendiendo, llevamos el gobierno con humildad y estamos explicando todo lo que hacemos. La voluntad, la orientación y la vocación es de autosuperación para hacerlo lo mejor posible.

¿Qué destacaría de este medio año?

Hemos establecido planes de ruta. Vengo del mundo académico, donde la metodología es fundamental. Queremos que esta sea abierta y participativa, pero también mejor estructurada, partiendo de diagnósticos y de datos.

¿Las concejalías no estaban bien estructuradas?

No todas. Hay departamentos que ya lo hacían, pero por iniciativa propia de los técnicos.

¿Se ve hasta 2023 gobernando con solo nueve concejales?

Sí, es una posibilidad real. Vamos tirando hacia adelante, hemos superado momentos difíciles. Hay muchas propuestas que generan consenso en el pleno, y en las que siempre estaremos de acuerdo, como tener mejores servicios sociales.

«Es una posibilidad real seguir con la actual minoría hasta final de mandato. Hemos superado momentos complicados»

El gobierno, pues, no necesita muscularse.

La política es una realidad dinámica, y la capacidad de adaptación es fundamental. Lo que queremos es tener la mayor estabilidad relativa para tirar hacia adelante las políticas.

¿Han debatido a nivel interno si pactarán con la CUP?

Las negociaciones fueron un poco erráticas, con situaciones en las que íbamos hacia adelante y hacia atrás. Lo dejamos en stand by. Dieron ultimátums y nos pidieron respuestas rápidas, que no pudimos dar. Todo quedó en el aire. Las relaciones son dinámicas. El debate sigue vivo.

¿No han descartado que la CUP entre en el gobierno?

Nosotros no hemos descartado nada.

¿El acuerdo presupuestario y las reuniones bimensuales previstas podrían reactivar los contactos?

Lo iremos viendo. Será una forma de relacionarnos y trabajar conjuntamente. Veremos si estamos cómodas.

¿Se ve gobernando con ellas?

Debemos hablar de políticas y ver si podemos aplicarlas.

¿Políticas de Tarragona, alejadas del Procés?

Nosotros hablamos en clave municipal. Tomamos las decisiones aquí. Pero esto no quiere decir que suponga una barrera ni con la CUP ni con los otros partidos.

Avalaron que en la Plaça de la Font haya la pancarta de apoyo a los presos.

Cada partido del gobierno puede tener flexibilidad para expresar su propia opinión, sobre todo en cuestiones que van más allá del municipio. Y lo estamos logrando.

«En 2020 habrá una o más playas para perros»

¿La pancarta estará hasta 2023?

De momento, está. Hay una realidad, que es que la relación de Catalunya con el resto del Estado debe trabajarse más. Espero que haya investidura y, lo más importante, que se hable de desbloqueo, tanto en Catalunya como en el Gobierno Central. Hay muchas cuestiones atascadas, especialmente en Serveis Socials.

Usted participó en el 1-O. ¿Ha ido a ver a algún preso?

No, pero estoy segura de que tendría conversaciones muy interesantes. Están en una posición muy delicada, pero están dando mensajes de desbloqueo.

Al final tendrán presupuestos.

Sí, queremos hacer de Tarragona una ciudad cuidadora y feminista, tirando hacia adelante retos que tenemos de hace tiempo, como el bienestar animal y el patrimonio.

¿Qué acciones se plantea en bienestar animal?

En la ciudad viven las personas, pero también los animales, que deben tener servicios. Hay muchas entidades que gestionan colonias de gatos pero que, en cambio, se relacionan de manera errática con el Ayuntamiento. Mejoraremos la comunicación con ellas. De hecho, creamos la mesa de bienestar animal, pero rápidamente vimos que era insuficiente, y las haremos sectoriales. Partimos de un terreno embarrado.

La primera acción fue trasladar los cerdos vietnamitas.

Era una cuestión muy urgente. Se hizo de forma rápida y ética.

Se les acusó de llevarlos a una instalación que no reunía las condiciones mínimas exigidas.

El proceso no estuvo exento de críticas, pero los vecinos y las cuidadoras están contentos.

¿Han hecho un seguimiento?

Sí, y están mucho mejor. Estaban en una situación de riesgo que se mantuvo durante muchos años. Los técnicos eran conscientes.

¿Cómo se logra hacer una ciudad «más feminista»?

Primero, creyéndonoslo. Y tener esa visión transversal desde todas las concejalías mediante un plan municipal de igualdad y feminismo.

¿Lo elaborarán en 2020?

Sí. Buscamos que desde todas las áreas se tomen medidas en clave feminista, y que no se repitan acciones orientadas al patriarcado. Son medidas modernas y nuevas.

¿La sociedad es machista aún?

Debemos trabajar para cambiar el paradigma: no hay igualdad de género, las personas trans o LGTBI no tienen las mismas oportunidades a nivel económico o laboral.

«El uso del ADN de los perros para sancionar a los propietarios de los animales que no recojan las heces no es una prioridad»

¿Usted ha sufrido algún episodio de machismo desde que es concejal?

En Tarragona, por ejemplo, no ha habido nunca ninguna alcaldesa. Todo esto no es casual.

¿Estaba cerrado el Ayuntamiento en esta materia?

Sí. Ahora enfocamos las políticas de igualdad y feministas más allá de las mujeres, ya que el eje de discriminación es el mismo: el machismo.

Usted preside del Institut Municipal de Serveis Socials (IMSS). ¿Cómo es el día a día en medio del caso Inipro?

Muchas cosas salen gracias a la gran dedicación de los trabajadores, que creen en lo que hacen. Está claro que afecta, pero forma parte del pasado. Tengo una total confianza con el gerente, que hace un año y medio que está.

Han contratado a tres dinamizadores que trabajarán con los inmigrantes que ya son mayores de edad. ¿Hay un problema real de convivencia en algunas partes de la ciudad?

Es global. En el mundo hay desigualdades muy bestias. La gente busca oportunidades allá donde sea. Hay situaciones que deben gestionarse, no podemos dejar a nadie sin recursos ni oportunidades. Haremos políticas de acogida y de inserción laboral.

En la Part Alta aparecieron carteles discriminatorios.

Mostramos un rechazo público. De momento, la campaña no ha ido más allá. Llevaremos a cabo políticas valientes y fuertes con las personas más vulnerables.

¿El ascenso de Vox ha impulsado este tipo de prejuicios?

Da alas a este tipo de prejuicios, que siempre existen. Es una lástima, ya que pese a que hubo Plataforma per Catalunya, en el resto de España no había un partido fuerte de extrema derecha. Es preocupante, muestra una tendencia general. Es un problema, ya que da credibilidad a posiciones que ya estaban superadas.

«Falta un centro de día para que las personas sin hogar puedan ducharse y tener un acompañamiento psicológico y social»

En noviembre traspasaron un millón de euros que sobraron en Serveis Socials para cuadrar las cuentas municipales. ¿Las previsiones eran virtuales?

Cuando llegamos detectamos esta bolsa de dinero que no podía gastarse. Buscamos alternativas, pero no fue posible. Por ello, a partir de 2020 empezaremos una prueba piloto de contabilidad analítica para controlar al momento el dinero sobrante y tener tiempo para reinvertirlo. No puede sobrar dinero en Serveis Socials.

Cada año sobra dinero para las ayudas de pobreza energética.

Cuanto más dinero tengamos, mejor. Por ello aplicaremos la nueva contabilidad, que solo estará en Serveis Socials.

¿Falta llegar más y mejor a la gente para publicitar las ayudas y el proceso para solicitarlas?

Existen muchas campañas de difusión, pero nos cuesta llegar a todo el mundo. Las redes sociales y las páginas web son una forma para ser más claros.

¿Harán un nuevo centro para personas sin hogar?

Necesitamos un mejor acompañamiento. No podemos estar muy activos un mes y luego olvidarnos. Detectamos dos necesidades: falta un centro de día en el que los usuarios podrían ducharse y donde tendrían un acompañamiento psicológico y social para que encuentren circuitos para tener autonomía. También queremos contar con un piso de transición.

¿Qué función tendría?

Lo estamos mirando con Smhausa, para los casos que veamos que pueden tirarse hacia adelante. Esperamos tenerlo en 2020, no necesita de un gran espacio.

¿La gente con rentas bajas debería tener el bus gratis?

El bus es gratuito o es muy barato para muchos segmentos de la población. Y hay ayudas de urgencia para el transporte. El problema es que cuando una persona pide este tipo de ayuda es que tiene un cuadro más complejo. Hay diversas causas.

¿Debe abrirse el debate para frenar el acceso al centro de la ciudad con vehículo? En Barcelona, Colau lo inicia en 2020.

Debemos trabajar para una Tarragona más verde. Haremos el estudio sobre la calidad del aire, que es una reivindicación de los agentes sociales. A partir de aquí tendremos más datos. También apostamos por los carriles bici y debemos hacer espacio para los patinetes eléctricos.

El presupuesto prevé un incremento lineal de la presión fiscal. ¿Deberían ser más progresivos los impuestos y las tasas?

¿No lo son? Lo único que se ha aumentado es la plusvalía, y esto es una medida progresiva. Afecta a las personas que revenden una propiedad privada. Los ciudadanos de a pie la pagaremos, como mucho, una o dos veces a la vida. Afectará más a la gente que usa la compraventa como medida especulativa. Todo esto afecta al precio de la vivienda.

¿Y el aumento del 50% a los pisos vacíos?

Estamos hablando de grandes propietarios, de personas o personalidades jurídicas que pueden usar los inmuebles para especular. Entonces, nos encontramos que hay gente sin casa y casas sin gente. En cambio, si estas viviendas entran en el mercado, bajarán los precios.

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