Carlos Carrizosa: «Negociaré con quien sea para dar carpetazo al procés»

«Ningún cordón sanitario» El cabeza de lista rechaza que la salida de miembros del partido en TGN esté ligada a las perspectivas que les dan los sondeos y pone en valor la «vocación pactista» de Cs

12 febrero 2021 06:56 | Actualizado a 12 febrero 2021 07:02
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Tras la marcha de Rubén Viñuales al PSC y de Lorena Roldán al PP, los concejales del Ayuntamiento de Tarragona Sonia Orts y José Luis Calderón han abandonado Cs a pocos días del 14-F. Les reprocha el momento?

No, no les reprocho nada. Para el 14-F conseguimos un buenísimo fichaje como número dos por Tarragona, Pere Lluís Huguet, expresident del Consell de l’Advocacia Catalana y decano emérito del Col·legi d’Advocats de Reus, y otros buenos fichajes en otras demarcaciones. Lo importante es el proyecto, de centro moderado, firme en la defensa de la ley y del marco de convivencia. Es normal que a veces haya quien se va, pero también vienen otros.

La intención de Sonia Orts y Luis Calderón es no devolver el acta. ¿Es posible esto en Cs?

En absoluto. Ellos firmaron un compromiso ético que deberían cumplir. Todos los cargos públicos de Cs nos comprometemos a devolver el acta en caso de salir del partido. Esperamos que recapaciten y que lo hagan.

Sonia Orts ha criticado a la cúpula del partido y ha dicho que «no ha invertido tiempo ni recursos en la ciudad de Tarragona, porque su única prioridad es a nivel nacional». ¿Qué le responde?

Yo no voy a entrar a responder a una persona que ha elegido su camino. Quien no esté a gusto, hace bien en irse. Prevalece el proyecto colectivo sobre las desubicaciones personales de cada cual.

Pero a los votantes de Cs en Tarragona, ¿qué les diría respecto a las afirmaciones de Sonia Orts?

Que tengan la garantía de que tenemos una buena candidatura para el 14-F liderada por Matías Alonso, un peso pesado, secretario general del partido y uno de sus fundadores. Las nuevas incorporaciones que le he mencionado, de Pere Lluís Huguet, un hombre de talento y valía reconocida. Y en el ámbito municipal, tenemos a uno de nuestros diputados en el Parlament, el ingeniero agrónomo y además trabajador del Ayuntamiento de Tarragona Francisco Domínguez.

¿La herida por la marcha al PP de Lorena Roldán ya está cerrada? Hubo críticas internas cuando fue reemplazada por usted pese a ganar las primarias.

Lorena eligió irse al PP porque, según ella, estaba disconforme con que nuestro partido hubiera pactado los estados de alarma con el Gobierno socialista. Es natural que  fuera allí donde no pactan. En Cs pactamos tanto a nuestra derecha como a nuestra izquierda. Lo ofrecimos con la ‘vía 221’ de Arrimadas, para hacer un Gobierno que excluyera al populismo de Podemos, y que no pudo hacerse. Es nuestra vocación, y más en momentos delicadísimos como es una pandemia.

¿No estarán ligadas todas esas fugas con las malas perspectivas que les dan los sondeos?

Los sondeos siempre los hemos superado con creces. En 2017 los sondeos a estas alturas nos daban un empate con el PSC, que acabó sacando 17 y nosotros 36. Estamos muy acostumbrados a esto en Catalunya. Sabemos que tanto el CEO como el CIS, que están dirigidos por los respectivos Gobiernos, son convenientemente maquillados para crear estados de opinión. Nosotros confiamos en que esa importante bolsa de indecisos, que algunos estudios elevan al 34%, al final una parte se inclinen por Cs, y que también una parte de esa abstención que se prevé elija votar y vote constitucionalismo. Es la gran oportunidad que tenemos de superar, aunque sea por un solo escaño, al independentismo, y de hacer un Gobierno de cambio.

¿Ve posible superar al independentismo?

Yo creo que es el momento, porque el voto independentista probablemente está más desunido y más frustrado que nunca con sus líderes, que llevan diez años prometiéndoles cosas que eran mentiras que no han llegado y que todo el mundo ve que nunca llegarán. Es factible que entre las filas independentistas se produzca una desmoralización y una desmovilización. Por eso es el momento de que el constitucionalismo acuda a las urnas, y por tanto es factible –pese a la adversa ley electoral que premia a las zonas nacionalistas sobre las más constitucionalistas–, alzarse con el triunfo en votos y en escaños. 

¿Y después?

Habrá un Parlament superfragmentado. Sin duda va a tener que haber acuerdos entre varias fuerzas políticas. Nosotros apostamos por un Gobierno de Cs y PSC. Para que esto sea posible, tenemos que frustrar los planes de Illa de llegar a un tripartito con ERC y Comuns. Solo si Illa no suma con ERC y Comuns, y sí que lo hace con Cs, esa aritmética será posible. Este es el enfoque de Cs para conseguir ese Gobierno de cambio y de convivencia que dé carpetazo al Procés.

Parece que Cs resulta más premiado por los electores justamente cuando se presenta como bisagra de pactos. ¿Por qué cree que les ha sido imposible hasta ahora cerrar una alianza unionista en Catalunya?

Es lamentable cómo la política española se ha radicalizado y está pendiente más de los extremos que de aunar consensos por el centro. Nosotros lo intentamos para formar gobierno con la ‘vía 221’ en el momento de votar la investidura. Tendimos la mano al PSOE y aprobamos los estados de alarma a cambio de mejoras para los autónomos y los asalariados, y luego ofrecimos nuestra colaboración para los Presupuestos. 

¿Tendería la mano a Salvador Illa como Inés Arrimadas se la tiende todavía hoy a Pedro Sánchez?

En los tres grandes momentos políticos: investidura, estados de alarma y Presupuestos, tendimos la mano, y no gratis, al Gobierno. Esto es lo que nosotros buscamos, la utilidad en política. Yo creo que los españoles y los catalanes lo saben perfectamente y además están muy hartos de la polarización que nos conduce a la parálisis. Todo el mundo es muy consciente de que la pandemia ha generado una crisis económica, social y sanitaria de la máxima magnitud, y de que para hacerle frente lo mejor es ir unidos en todas las cuestiones básicas que afectan a la ciudadanía. 

No se refleja en las encuestas...

En estos momentos cuesta especialmente enganchar a los electores que no se autodefinen con etiquetas, precisamente porque manifiestan desafección política. Este es el tipo de votante de Cs. Es pragmático, estudia mucho las ofertas y, depende de cómo, nos vota o cambia el voto o se abstiene, y esto es un hándicap para nosotros, pero es el reto también.

El votante que en una ocasión puede votar a Cs y en otra al PSC, puede tener en cuenta que en 2017 Inés Arrimadas ganó las elecciones pero no se presentó a la investidura, y por ello precisamente optar ahora por Salvador Illa, ¿no cree?

Bueno, yo esto de que Inés no se presentó a la investidura lo veo como un talentoso constructo político. Es una idea de marketing político, porque Artur Mas ganó dos veces y le pasó lo mismo. Otros grupos reunían más apoyos que él y presentaron candidatura a la presidencia, y Artur Mas no lo hizo. Y también ocurrió con Javier Arenas en Andalucía. Él ganó pero otros sumaban más. Y lo hemos visto muchas otras veces. En el caso de Inés Arrimadas,  la opción independentista sumaba, y ella no tuvo ocasión. Parece que ha cuajado el constructo y lo que le ocurrió a Inés Arrimadas se explica como si fuera algo extraordinario.

Usted hacía antes una defensa de las virtudes del centro, pero podría ser que necesitaran sumar a Vox. Ese centro entonces ya no sería tan centro… ¿Pactaría con quien fuera para desalojar al independentismo del Palau de la Generalitat? 

Me sentaría y negociaría con quien fuera. Espero que Vox obre en consecuencia si ellos verdaderamente quieren desalojar al independentismo de la Generalitat y existe una fórmula que matemáticamente pueda desalojarlos. Igual que pasó en Andalucía. Se trataba de desalojar al socialismo de la Junta, y Vox votó que sí. 

Queda claro que, de cordones sanitarios, ustedes, nada.

Nosotros no vamos a hacer cordones sanitarios a nadie. No se los hemos hecho a la CUP ni a ERC, que hace mitines con Otegi, ni a JxCat cuando el señor Torra se hace fotos con Frederic Bentanachs y Carles Sastre. Laura Borràs tiene en su candidatura a gente supremacista e hispanófoba que hacen declaraciones públicas diciendo que hay que limpiar Catalunya de españoles. 
El candidato de Vox les llama «cobardes» y «traidores».

Nos sorprendió en el debate de TV3 ser el blanco de los ataques de Vox, y nos sorprendió la ignorancia de quien llama cobardes y traidores a Cs en Catalunya. Lo dice alguien que estaba en el PP vegetando en 2006 cuando nosotros montábamos entonces un partido nuevo porque ni el PP ni el PSOE daban respuesta al nacionalismo que en aquella época ya estaba pactando un Estatut en un tripartito con ERC ya claramente independentista. 

Proponen bajar el tramo autonómico del IRPF y eliminar Sucesiones. ¿Con qué otros ingresos lo compensarían?

Hemos calculado que hay casi 900 millones que se nos van en gastos superfluos en embajadas, en chiringuitos, en la televisión más cara de España con diferencia, con un presupuesto de 280 millones que proponemos rebajar a la mitad. El satélite de la Nasa catalana cuesta 18 millones, y el Govern les daba 20 millones en ayudas a los autónomos, y se les colapsó la web, y apenas les alcanzó. 

¿Qué es lo que usted llama chiringuitos? ¿La Agència Catalana de l’Espai es un chiringuito?

Me refiero a la Nasa catalana, a las subvenciones a la Plataforma per la Llengua, a la Oficina d’Estudis Autonòmics que da trabajo a los arquitectos del Procés y los tienen allí con salarios exorbitantes. Me refiero a las oficinas de los expresidents que no tienen función ninguna y que pagamos todos mientras no hay dinero para una paga extra para las limpiadoras de los hospitales que se han esforzado tanto con la pandemia. 

Oficinas en el extranjero tienen todas las comunidades autonómicas, incluso Andalucía, donde ustedes gobiernan.

Es distinto, porque Andalucía tiene oficinas efectivamente de comercio, y rinden cuentas. Nosotros en Catalunya hemos llamado a todos los representantes de esas oficinas en el extranjero y jamás han rendido cuentas de su actividad ante el Parlament. Es escandaloso que la Conselleria d’Acció Exterior, que es a la vez de Transparència, no esté dando cuentas de en qué se están gastando el dinero en la embajada de Australia y Nueva Zelanda y en todos esos países a cual más remoto. Estos organismos están exentos de control democrático, y sabemos que se han utilizado para hablar mal de España y difundir la supuesta causa catalana por el mundo. No son como las oficinas de promoción cultural y comercial que tiene Andalucía, y que puede y debe tener también Catalunya. 

¿Si a usted le ocurre el 14-F algo parecido a lo que le pasó a Albert Rivera el 10-N, dimitirá?

No me presento al Congreso…

¿Cree que no puede darse un escenario similar? ¿No se lo ha planteado?

No, no. Aquí en Catalunya estamos pendientes de los resultados de unas elecciones complejas, tanto por el momento de desafección política como por las especialísimas circunstancias de la pandemia. Por tanto, tendremos que valorar mucho qué resultados hay, y por qué se han dado, qué variables han influido. Porque en Cs tenemos muy claro que puede pasar cualquier cosa.

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