¿Lo esperaba?
Lo cierto es que tenía mucha confianza en mí mismo. Sabía que el ganador del año pasado, por normativa no podía concursar, y que sí lo hacía su padre Constantino Wergrzyn. Viendo que el año anterior quedé a tan solo seis o siete calçots de distancia suya, pensé que esta vez era la gran ocasión.
No obstante, usted tiene una corta trayectoria en el certamen.
Efectivamente, ha sido el segundo año y estoy contentísimo del triunfo obtenido.
¿Le gustan los calçots?
Siempre me han apetecido, pero evidentemente no los como en esa cantidad: han sido un total de 184, cuando por lo general si los como en familia o entre amigos no suelo ir más allá de unos cuarenta.
¿Cuál es el momento más duro del concurso?
Noté que a partir del medio centenar de calçots ya estás un poco saciado, pero si quería ganar vi que tenía que aumentar el ritmo de la ingesta, a partir de los 175 calçots.
¿Qué hizo por la tarde?
Sentarme y descansar. Pensar que el año que viene no podré participar y estar preparado para la edición de 2021.