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Las juntas de tratamiento de los centros penitenciarios de Catalunya aprobarán en los próximos días que un total de 15 personas reclusas en segundo grado y con un 100.2 (artículo que se basa en el principio de flexibilidad para que puedan incorporarse al medio abierto de forma progresiva). En la cárcel de Mas d'Enric había un preso con estas características antes del 15 de marzo y hay otro en fecha d ehoy míercoles, en pleno confinamiento por coronavirus. Este segundo caso correspondería a Carme Forcadell, la política presa por la sentencia dle Procés y que cumple su condena en el centro penitenciario de El Catllar.
El Departament de Justícia había sugerido que los presos políticos pudieran pasar el confinamiento en casa, pero que dependía de la evaluación de las juntas de tratamiento de cada una de las prisiones, según se publicó hace unos días.
Hoy, la Generalitat ha emitido una nota en la que se señala que es la primera vez que los centros penitenciarios catalanes, dependientes de la Generalitat, se plantean una medida de estas características, de acuerdo con una interpretación no restrictiva del Reglamento penitenciario. Son decisiones inéditas, justificadas por un contexto de crisis sanitaria.
Así, cuatro de estas personas son internas del Centre Penitenciari de Dones (en Barcelona) y ya están en su casa. Los 11 reclusos pendientes son internos de Quatre Camins (en La Roca del Vallès). Con los 15 internos que salen de las dos cárceles catalanas no están ninguno de los presos políticos del Procés.
El objetivo de la Secretaria de Mesures Penals, Reinserció i Atenció a la Víctima es reducir al mínimo la población reclusa para limitar el riesgo de contagio en las prisiones. Se trata de una iniciativa del Govern, instada también por las Naciones Unidas y el Comité para la Prevención de la Tortura del Consejo de Europa.
Este pasado martes, el Departament de Justícia se dirigió a las direcciones de los centros penitenciarios para que estudiaran, caso por caso, la posibilidad del confinamiento domiciliario de las personas con un segundo grado flexibilizado con un 100.2, un artículo que permite la combinación del régimen de vida ordinario con el de semilibertad (tercer grado).
Las juntas de tratamiento están compuestas por más de 10 profesionales. Son juristas, psicólogos, trabajadores y educadores sociales, médicos y maestros. Para formular su propuesta, estos equipos estudian y evalúan los informes elaborados por los equipos de los módulos de la prisión que están en contacto diario con las personas internas.
El 69% de los presos en tercer grado pasa el confinamiento en sus domicilios
El Departament de Justicia trabaja para minimizar la población y el riesgo de contagio en el interior de los centros penitenciarios desde el principio de la crisis. El confinamiento domiciliario de personas que pueden ampararse en el artículo100.2 se suma al de la mayoría de los terceros grados.
Antes de la emergencia sanitaria, los presos que dormían en casa cada día (artículo 86.4) eran 325 y solo representaban el 19% de las 1.700 personas privadas de libertad y clasificadas en tercer grado.
En cambio, desde el 13 de marzo, la Generalitat ha aplicado esta medida a 848 presos más, que equivalen en mitad de los terceros grados. Por lo tanto, a estas alturas, ya hay un total de 1.174 reclusos en semilibertad que pasan el confinamiento a casa suya, que son el 69% del conjunto de los terceros grados de las prisiones de la Generalitat.
El balance: 11 internos positivos de Covid-19
En estos momentos, 11 internos han dado positivo por coronavirus, ninguno en Mas d'Enric. De estos, siete están ingresados en el Hospital Penitenciario de Terrassa, y dos más en hospitales de la red pública de Salud. Dos de los 11 casos ya han sido dados de alta. 35 casos más están en estudio. El Centro Penitenciario Mujeres de Barcelona (Wad Ras) y el módulo 5 de Brians 1 se mantienen confinados, después de la detección de los primeros positivos. También se han confirmado 27 casos positivos de coronavirus entre los funcionarios.
