Cierran la mitad de prostíbulos en el Camp de Tarragona en cuatro años

Los Mossos detectan una menor presencia de prostitutas que ejercen en los arcenes de las carreteras. Por contra, prolifera el número de pisos donde se ofrecen servicios sexuales

13 agosto 2017 16:44 | Actualizado a 13 agosto 2017 16:49
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Los prostíbulos en el Camp de Tarragona se han reducido a la mitad en los últimos cuatro años. Según datos facilitados por los Mossos, de los trece locales que había en 2013 se ha pasado a los siete actualmente abiertos

Como consecuencia, el número de prostitutas identificadas por la policía catalana también ha descendido en un 50%. Los Mossos han identificado un total de 77 chicas en el primer semestre de este año, en comparación a las 155 que tenía registradas el año 2013. 

En cuanto al número de prostitutas que ejercen en los arcenes de las carreteras tarraconenses, también ha disminuido en los últimos meses. Si bien en este caso no se dispone de un censo de las chicas, desde Mossos se confirma esta tendencia a la baja. 

«Cada vez se ven menos personas ejerciendo la prostitución en la calle, desde Mossos se ha actuado especialmente en las carreteras», afirma el jefe de los Mossos en la región policial del Camp de Tarragona, David Boneta

La policía catalana atribuye este descenso al efecto disuasorio que ha causado la nueva ley 4/2015 de protección de la seguridad ciudadana, que permite multar, como infracción grave, aquellas conductas que, «por el lugar en que se realizan, pueden generar un riesgo para la seguridad vial».

Si bien este artículo no se ha tenido que aplicar en las carreteras los Mossos no han actuado contra clientes de prostitución –sólo se ha impuesto una única multa a un cliente en Cambrils en los últimos dos años–, la presencia policial y la conocida como ley mordaza han mermado la presencia de prostitutas. 

La nueva normativa que permite multar a los clientes ha ejercido un efecto disuasorio

La clave también ha sido, según Boneta, poner el foco sobre los grupos de proxenetas que hay detrás de las chicas, a las que extorsionan para quedarse con las ganancias que obtienen.

Si la prostitución en las carreteras y en los locales va la baja, los pisos va al alza. El comisario cree que uno de los factores que justifican este cambio es por «la dificultad que tiene la policía de actuar en un piso, ya que la prostitución en si no está penalizada, pero sí podemos actuar cuando hay unas personas que se aprovechan de otras que ejercen la prostitución», dice. 
Los pisos suelen concentrar en poblaciones grandes, sobre todo en lugares turísticos. «Va en función de donde haya más movimiento de personas», concluye Boneta.

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