Cinco meses de lista de espera para el alergólogo

Faltan alergólogos en la provincia. Tarragona está lejos de lo recomendado por la OMS. Salut admite el déficit. Los recortes pararon el despliegue mientras la patología se ha disparado

17 abril 2019 07:35 | Actualizado a 20 abril 2019 15:18
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«Hemos tardado un año en la visita al alergólogo. La pedimos en junio del año pasado y nos han dado para este», explica una familia de Tarragona, que acaba de recibir la carta con la primera visita marcada para el Hospital Joan XXIII. La hija está pendiente de un diagnóstico por una posible reacción a algunos alimentos. 

La tardanza ilustra la situación en plena primavera y, por tanto, con las alergias en su máximo apogeo. La denominada por los expertos y los mismos profesionales como la epidemia del siglo XXI se topa con una falta crónica de alergólogos tanto en Catalunya como en Tarragona. La alergia al polen, además, está siendo especialmente intensa en estas semanas, después de un invierno muy duro por la polinización del ciprés y del platanero. 

En la provincia hay 12 plazas de especialistas (que son, en realidad, 14 médicos, aunque algunos tienen jornada parcial) para cubrir una población de 797.128 personas. Es un alergólogo por cada 66.000 habitantes, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda uno por cada 50.000. «No hay suficientes alergólogos. El despliegue es deficitario desde hace 25 años», denuncia la doctora Maria Teresa Dordal, presidenta de la Societat Catalana d’Al·lèrgia i Immunologia Clínica (SCAIC), de la Acadèmia de Ciències Mèdiques de Catalunya. 

En la provincia hay 240.000 personas alérgicas, según el 30% de prevalencia de la patología. De ellos, alrededor de la mitad son alérgicos al polen. La tendencia apunta al crecimiento. «El incremento de la enfermedad en los últimos años no ha venido acompañado por un aumento de los recursos. Por eso nos encontramos con esta situación», lamenta Dordal, que añade: «En Tarragona provincia serían necesarios al menos seis alergólogos más». El modo de vida occidental –de los productos de la higiene a la polución, pasando por los antibióticos– provocará irremediablemente que el número de alérgicos crezca.  

Sólo un médico en Reus

En toda Catalunya, SCAIC sostiene que hay 67 especialistas en la red pública y estima que harían falta 83 más para cumplir con las ratios de la OMS. Aun así, el Departament de Salut asegura que en el sistema hay 117 alergólogos, pero no especifica en qué hospitales ni la distribución provincial. Según SCAIC, en el Hospital Joan XXIII hay cuatro alergólogos, pero uno a jornada parcial. En Santa Tecla hay dos. En El Vendrell trabajan dos, pero ambos a jornada parcial, igual que sucede en el Pius de Valls. En Reus, la carencia es muy marcada, puesto que sólo hay un especialista. 

En Tortosa hay tres profesionales, lo que supone algo más de alivio, pero igualmente se está lejos de lo recomendado por la OMS, ya que el número de habitantes por alergólogo sube hasta los 59.385 en las Terres de l’Ebre

La situación de déficit es, en verdad, heredera de la época de la crisis y los recortes sanitarios. «Hace diez años se desarrolló el modelo de atención alergológica en Catalunya, que analizó la tendencia a ir aumentando el número de pacientes alérgicos. Entonces se vio que faltaban especialistas», explica Dordal. 

La presidenta sostiene que «ese documento se pactó en el departamento de Salut» y establecía «implementar y aumentar el número de plazas en el territorio de forma ordenada». Sin embargo, la iniciativa no pasó de ese proyecto. «El modelo está consensuado con la administración, que es consciente del problema. Sólo falta implementarlo, desplegarlo. Hace diez años hacían falta 20 plazas en Catalunya y sólo se han cubierto, siendo generosos, tres. Sabemos que es un tema presupuestario. La Generalitat tiene voluntad de hacerlo y nos reunimos con ellos periódicamente, pero seguimos igual», explica Dordal. 

Salut es consciente de la necesidad. «La especialidad de alergología consta entre aquellas que tenemos que aumentar la oferta para hacer frente a las necesidades de futuro», indican fuentes del Departament. 

El año que viene, más plazas MIR

La previsión es aumentar la oferta de plazas MIR. «Es previsible que, ya desde la convocatoria para el año que viene, tengamos que incrementar la oferta formativa para nuevos especialistas de alergología», añade. Salut añade que «la Direcció General está elaborando la información preliminar necesaria para hacer una primera propuesta de oferta de plazas de formación sanitaria». 

El doctor Pere Gaig, miembro de la Societat d’Al·lèrgia i Immunologia Clínica, cree que en Joan XXIII «harían falta dos alergólogos más», aunque reconoce que Tarragona, en comparación con otros territorios como Girona, tiene mejores cifras. «Si lo comparamos con Girona estamos bien», dice. 

Pese a eso, también considera que serían necesarios más recursos para digerir los incrementos de la dolencia. «Va aumentando la prevalencia de la enfermedad, no sólo en cantidad, sino también en calidad. Hay más sensibilización a medicamentos, por ejemplos», cuenta. El resultado son listas de espera que suelen ser largas. En el Camp de Tarragona, a datos del mes de febrero, la espera es de 158 días, esto es, algo más de cinco meses. En el Ebre, la cifra es mucho menor y se ubica en 28 días, menos de un mes.

Desigualdades territoriales

En Joan XXIII es de 148 días, casi cinco meses, una espera que Pere Gaig relativiza: «Todo depende, porque las primeras visitas preferentes las atendemos en menos de un mes. No creo que sea una lista de espera especialmente larga, no nos preocupa mucho, porque no es para cosas urgentes, sino para cuadros que llevan años de evolución». Gaig admite que la lista de espera se ha mantenido más o menos con la misma dimensión en los últimos años. 

Las desigualdades en la asistencia de las alergias se ceban con la provincia. Así, en el hospital de El Vendrell la demora para la primera visita alcanza los siete meses, en el Sant Joan de Reus roza los cinco y medio y en el Pius Hospital de Valls se queda en los tres. 

La situación en algunas zonas de Catalunya es mucho más grave que en Tarragona. En Girona sólo hay dos alergólogos –tocan a uno por cada 350.000 habitantes–; en Lleida, cuatro, y en Barcelona, 48. Como apunta la presidenta de la SCAIC, Teresa Dordal, a ello se suma que «el 31% de estos profesionales están contratados a tiempo parcial», lo que implica que en Catalunya solo hay «56 jornadas completas» para una población de 7.500.000 personas. 

A la paciencia del enfermo se añade la del médico, que ve incrementada la presión asistencial en su día a día. «En general, trabajamos con pocos recursos pero hay buena voluntad. Somos optimistas y persistentes, así que confiamos en que se pueda ir solucionando el problema, comenzando por aquellos lugares que están peor», anuncia la doctora Dordal.  

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