El hotel SB Ciutat de Tarragona es una noche de invierno cálida y muy agradable. No importa que haga frío en el primer día de la estación. El color naranja inunda el ambiente de alegría y trasnmite calor entre apoderados, militantes y simpatizantes eufóricos con el resultado que sale en la enorme pantalla del fondo.
La Sexta, un cartel de Matias Alonso que irá a Barcelona con otros cuatro diputados; y las tres banderas (catalana, española y europea) con un gran corazón marcan el territorio Ciudadanos en esta sede electoral tarraconese.
Nadie habla ante los micrófonos. Los políticos provinciales, al igual que hacían en los anteriores comicios, esperan a que sea su líder Inés Arrimadas la que abra el micrófono. Y ella no lo hará hasta que los resultados a nivel de Catalunya sean inamovibles.
Pero las tertulias entre amigos, los abrazos y los besos se reparten por doquier en un día que para Ciudadanos en Tarragona y por extensión e Catalunya puede ser histórico.
Cinco escaños, más votos que nadie y victorias en feudos tan importantes como Vila-seca, ya con el 100% escrutado, Calafell, Salou, quizá Tarragona y también Reus...
Cierto es que la felicidad no es completa en el partido de Albert Rivera. Las matemáticas dejan a Arrimadas con el lugar más alto del podio, pero sin aliados que le faciliten un gobierno en la Generalitat.
Y esto es lo que a Ciudadanos, a esta hora de la noche, le duele en el alma por mucho que las sonrisas y la alegría de la victoria se reflejen en la sala de este hotel tarraconense.