Componer para PlayStation desde Tarragona

Paco Mitos, afincado en la ciudad desde hace un lustro, pone música al nuevo videojuego de Sony ‘Deiland’

21 abril 2018 17:16 | Actualizado a 26 abril 2018 10:38
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Paco Soler (más conocido por Paco Mitos) tiene una teoría: si Mike Oldfied publicará ahora su obra maestra Tubular Bells (1973) no se comería un colín.

En cambio, a principios de los setenta, vendió más de 16 millones de copias. Tuvo tanto éxito que sirvió de banda sonora para la oscarizada película El exorcista.

Paco, gaditano y afincado en Tarragona desde hace un lustro, también compone bandas sonoras. Primero creaba temas libremente, sin voluntad de adherirlos a ningún proyecto audiovisual. Hasta que el estudio valenciano Chibig le escuchó y, en 2016, le encargó la música de uno de sus videojuegos para móviles. Funcionó.

El último encargo que le han hecho es sonado. Paco ha creado 15 de las 20 canciones que aparecen en el videojuego para PlayStation 4 Deiland, apadrinado por la multinacional Sony y que salió al mercado el pasado marzo.

Haciendo un símil cinematográfico, es como si hubiera compuesto para una cinta de Hollywood. «Para mí es un sueño cumplido. Cuando empecé en este oficio era una de mis metas», asegura este joven tarraconense de Barbate, como él mismo se define.

Lo único que conocía de Deiland antes de ponerse con las melodías era el argumento. Suficiente para imaginar su universo sonoro. En apenas nueve meses ya lo tenía listo. «Las canciones son de corte orquestal, con mucho piano y violín», explica.

Él toca todos los instrumentos, a veces de manera real y otras virtual, con un ordenador. Todo el proceso es obra suya: desde la composición hasta la masterización y las mezclas. «La música potencia las emociones, es un altavoz de lo que siente el jugador», dice.

En el juego no se oyen los temas enteros, solo partes. El resultado completo está inmortalizado en un CD que está a la venta. Es puramente instrumental. «Las bandas sonoras tienen su público, aunque es reducido. No es un estilo comercial que suena en las radiofórmulas. Es para curiosos», comenta. La crítica especializada le pone buena nota.

Evitó incluir baterías agresivas y ritmos que generen tensión, puesto que es un videojuego inocente y amable, inspirado en El Principito de Antoine de Saint-Exupéry. La trama gira en torno a Arco, un niño de diez años que aparece mágicamente en un pequeño planeta llamado Deiland y cuyos recursos ha de aprender a gestionar. 

Las actividades pasan por plantar las semillas que recoge de los árboles para generar más árboles y obtener madera o por cultivar hortalizas en diferentes enclaves de este mundo. El juego, de experiencia individual, pretende transmitir a través de su narrativa los valores de respeto por la naturaleza y de responsabilidad con los recursos.

Morriña de los escenarios

«Hace pensar», apunta Paco, que reconoce que es aficionado a la PlayStation aunque cada vez tiene menos tiempo para jugar. La música le ha absorbido. Aparte de animar videojuegos, es profesor en el Centro Asep de Tarragona, escuela de música que montó con su padre. La guitarra es su instrumento predilecto.

 Ha publicado cinco discos, cuatro de bandas sonoras y uno con su grupo de pop rock Chica de Papel, que quiere reactivar este verano con la tarraconense Sara Gasca.

«Con la música de videojuegos no se sale de gira y echo mucho de menos el escenario», afirma. A sus 32 años está muy curtido en directo, durante muchos años tocó con su padre en hoteles y restaurantes durante la temporada turística. «Lo mismo tocábamos un pasodoble de Manolo Escobar que la banda sonora de Titanic», concluye.

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