Condenado un trabajador del Joan XXIII por una violación en el hospital

Si el hombre no paga la indemnización de 12.000 euros, lo tendrá que hacer el Institut Català de la Salut (ICS)

02 octubre 2017 08:08 | Actualizado a 02 noviembre 2017 14:00
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Un hombre que trabajaba para el Institut Català de la Salut realizando tareas de mantenimiento en el Hospital Universitari Joan XXIII de Tarragona ha sido condenado a cuatro años de prisión por haber violado a una paciente en el interior del recinto hospitalario. Además, tendrá que indemnizar a la víctima con 12.000 euros. En caso de ser insolvente, tendrá que abonar el importe el ICS en concepto de responsable civil subsidiario. Así lo establece una sentencia dictada por  la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Tarragona. El fiscal pedía para el procesado seis años de prisión por un delito de abuso sexual.

El 2 de mayo de 2013, el acusado trabajaba en régimen laboral de interino para el Institut Català de la Salut (ICS) en el Hospital Joan XXIII llevando a cabo funciones de mantenimiento. Aquel día, la víctima fue trasladada en ambulancia hasta dicho centro hospitalario por una ingesta de ansiolíticos y cocaína, con pérdida de conciencia e intento de autolisis.

A las doce menos cuarto de la medianoche del mismo día, la mujer fue llevada a un box de críticos dado el estado de alteración y agresividad que presentaba, negándose a realizar un lavado de estómago, llegándose a quitar la ropa.

Una vez se personó el personal de seguridad del hospital se invitó a la mujer a que saliera de la sala de espera del servicio de Urgències del hospital. 

Sobre las 00.25 horas del día 3, mientras la mujer permanecía en el exterior del servicio de Urgències, se acercó el acusado, que se interesó por lo que le pasaba. La acompañó por el exterior de la zona de Urgències, hasta la parte de delante del hospital, donde no existían cámaras de seguridad. En ese momento, debido a la ingesta de medicamentos, la mujer se desvaneció y sufrió una pérdida de consciencia.

Ella no se enteró de nada –estaba inconsciente– hasta que despertó en su domicilio

El acusado aprovechó el momento para realizar una práctica sexual. Posteriormente le quitó la ropa y la violó, mientras ella seguía inconsciente.

Poco tiempo después, la mujer recobró la consciencia, se dirigió al servicio de Urgències, donde entregó su tarjeta sanitaria y abandonó el hospital en taxi.

Despierta

Al despertarse en su domicilio de Campclar no recordaba cómo había llegado, viendo que tenía roto el sujetador y la camisa. Asimismo, se percató de que algo le habían hecho y se acordó del acto sexual. Seguidamente, sin lavarse ni cambiarse de ropa, acudió el mismo día al servicio de Urgències del Hospital Sant Pau i Santa Tecla de Tarragona.

Para la Audiencia, a pesar del tiempo transcurrido de los hechos y las condiciones psicofísicas de la mujer, su testimonio «presenta indiscutibles rasgos de persistencia y de coherencia incriminatoria». Es más, «su propia actitud en el acto del juicio acredita un especial esfuerzo de objetividad y de contención narrativa, descartándose cualquier intento de exageración o de exceso de incriminación por su parte». La víctima explicó durante el juicio el trato con el acusado cuando salió al exterior de Urgències, «tranquilizándola mientras lloraba, tocándole el pelo y diciéndole que era muy guapa, sin saber si se sintió violentada por el acusado. En cambio, no fue capaz de recordar cómo y cuándo llegó a casa. El momento siguiente que recordaba era el despertarse en casa», según la Sala. Recordó que fue su vecina quien le dijo que no se duchara y que fuera a los Mossos a denunciar, «que les dijo que le parecía que le habían hecho algo». 

Comentarios
Multimedia Diari