Un anonimato total en las pruebas de ADN para cotejar las muestras en los casos de bebés robados. El logro es ya posible gracias a un acuerdo del Observatorio de las Desapariciones Forzadas de Menores de la URV, con el director del banco de ADN, Francisco Rocafull. El máximo responsable del banco, junto con el comité científico del observatorio, impulsan un convenio de colaboración: «Se trata de un gran avance para las víctimas de bebés robados que deseen analizar ADNpara la búsqueda de sus familiares. Se garantiza la cadena de custodia con un método que asegurará el anonimato para los laboratorios que analicen las muestras».
Hasta ahora las muestras de ADN eran analizadas por los laboratorios vinculándolas al nombre y al DNI de las personas. Con el convenio, el observatorio será el órgano encargado de asignar un código numérico a las muestras.
Comparación entre datos
Una vez concluido el análisis, el laboratorio devolverá los resultados al observatorio, que se responsabilizará de remitirlos a sus propietarios y a introducirlos en el programa informático creado para establecer comparaciones automáticas entre los datos. «Así se garantiza la independencia por parte de los laboratorios. Se elimina así toda posibilidad de sesgo, error o manipulación indebida. Eso era una preocupación de las víctimas», señala el Observatorio de las Desapariciones Forzadas de Menores.
El comité científico del ente está dirigido por el profesor de la URV Santiago Castellà. La antropóloga y doctora tarraconense Neus Roig es la presidenta de un organismo nacido para otorgarle un enfoque académico –desde la Historia al Derecho– a los casos de bebés robados, una problemática que se originó en el tranquismo y que se prolongó hasta la democracia.