Crisis de gobierno en la Plaça de la Font de Tarragona

Ballesteros cierra filas con Elvira Ferrando. Sin embargo, se está evidenciando una división a medida que se acercan las municipales

23 agosto 2018 18:55 | Actualizado a 11 septiembre 2018 12:37
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La vuelta de vacaciones se está haciendo pesada en la Plaça de la Font. Diez días después de su regreso al trabajo, el alcalde, Josep Fèlix Ballesteros, tenía que apagar su primer fuego y la crisis de gobierno se hace evidente cuando faltan nueve meses para las elecciones municipales.

La situación es «tensa», según aseguraba un miembro del equipo de gobierno. Y en medio de esta madeja se encuentra el matrimonio de conveniencia entre PSC y PP y la concejal Elvira Ferrando, que se ha visto salpicado por la difícil relación entre estos dos partidos.  Uno de los desencadenantes se vivió el pasado martes. El alcalde y el concejal del Partido Popular Josep Acero se reunían con la presidenta de la FAVT, Cristina Berrio, para hablar del malestar que había generado entre el colectivo vecinal el retraso en el pago de las subvenciones. La encargada del tema es Elvira Ferrando. Sin embargo, el día 18 de julio esta entidad y la Federació de Veïns de Llevant habían pedido el «cese inmediato» de la concejal porque, según afirmaron, no había sabido resolver el problema.

Los vecinos están indignados con Ferrando. Aseguran que su gestión no ha sido resolutiva y se quejan del trato recibido. Por ello, pidieron que en esta reunión del martes acudiera el alcalde y el primer teniente de alcalde, José Luis Martín –al encontrarse de vacaciones delegó su asistencia al concejal Acero–. A diferencia de la crisis con los marchantes del mercadillo –en la que los comerciantes también solicitaron un cambio de interlocutor y poder hablar directamente con el alcalde–, en esta ocasión Ballesteros sí se ha puesto al frente de la situación. Y es que en las filas socialistas no sentó muy bien que, cuando Ballesteros estaba de vacaciones, y el cargo lo ocupó el popular José Luis Martín, el Ayuntamiento mandase un comunicado en el que se afirmaba que el alcalde en funciones había firmado el decreto para realizar el pago a las entidades, dando a entender que él había desencallado el trámite.

Carrera de fondo

De forma silenciosa, el Partido Popular está cuidando la relación con las asociaciones de vecinos. Los presidentes han encontrado en José Luis Martín al político serio que sabe decirles que no, pero que cuando se compromete con algo, lo cumple. Y esto está poniendo nervioso a un PSC que teme sufrir una fuga de votos hacia Cs. Así es que Ballesteros en persona decidió coger el toro por los cuernos y en la reunión con los vecinos cedió, apartó a Elvira Ferrando, y Alcaldía asumirá la interlocución con los vecinos.

Pero la decisión ha levantado polvareda. Hay quien desde la formación socialista ha atacado a Ferrando por su capacidad de gestión. Incluso en un medio digital, citando a fuentes del partido, alguien dijo: «El problema de Elvira es que centra su actividad política en actos que tienen mucha repercusión mediática: busca la foto, más que la gestión». Y este comentario no ha sentado bien. 

Ferrando, que ocupaba el número dos en la lista de las pasadas elecciones municipales por el PSC, fue un fichaje mediático por su vasta red de contactos con el tejido asociativo de la ciudad. Estos tres años se ha dedicado a cultivar este perfil, acudiendo a todo tipo de actividades y haciéndose eco a través de Facebook. Esto ha generado algunas reticencias en las filas del partido. Sin embargo, en todo momento se ha mantenido como una persona de total confianza del alcalde.

También ha despertado cierto malestar que, como independiente, siempre ha mantenido un perfil propio sobre la política nacional. Acudió a votar el 1-O, expresó su indignación por los hechos ocurridos y en más de una ocasión ha mostrado su apoyo a los políticos presos. Y esto, en un partido que gobierna con el Partido Popular, no ha acabado de sentar bien en algunos sectores.

Confianza total

Ayer, el alcalde mandó un comunicado en el que expresaba su «total apoyo» y el del equipo de gobierno a la concejal Ferrando «por su gestión al frente de las competencias atribuidas». «Siempre ha sido eficiente en sus decisiones y lo ha demostrado en temas difíciles y complicados». Y citaba la remodelación del Mercat Central y la vuelta de los marchantes a Corsini.

El comunicado reitera «la confianza personal y profesional que tengo y mantengo en la gestión de la concejal Elvira Ferrando». Pese a ello, defiende que «la prioridad era restablecer la buena relación». Por tanto, Ballesteros asumirá personalmente el diálogo con la Federació d’Associacions de Veïns de Tarragona en adelante.

El alcalde ha apagado el fuego que algunos sectores culpan de haber atizado al PP, por el perfil catalanista de la concejal. Y esta situación se produce en un momento en el que tampoco ha gustado mucho desde la formación socialista que Ballesteros haya tenido que quitar los lazos amarillos de la Muralla –después de una nota de prensa del grupo municipal del Partido Popular– cuando mientras estuvieron en la alcaldía no se habían preocupado por el tema. Un arranque de curso tenso en el que empiezan a aparecer algunas grietas sobre un pacto de gobierno que, pasados los Juegos Mediterráneos, no se ve tan sólido.

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