Càritas se centra ahora en la inserción laboral

Quince jóvenes participan en la cuarta edición de un curso de formación ocupacional sobre electricidad en el Comte de Rius

24 octubre 2017 08:43 | Actualizado a 24 octubre 2017 08:49
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Ya no abre los telediarios ni está omnipresente en los medios de comunicación. Sin embargo, «la crisis no se ha acabado». Esta afirmación la hizo el presidente de una entidad que conoce perfectamente la realidad de la situación en esta ciudad, como es Càritas Diocesana de Tarragona. Francesc Roig. No obstante, explicó que la estrategia y las necesidades han cambiado. «Más que entregar comida, ahora se trata de mejorar la ocupabilidad de las personas», decía. Por ello, esta organización ha incorporado a una técnica en inserción laboral, que se encargará de analizar los ámbitos en los que pueden abrirse nuevos marcos de colaboración.

Càritas de Tarragona no empezará de cero. Esta organización hace cuatro años que mantiene una línea de colaboración con la Fundació Endesa y el Institut Comte de Rius, a través de la cual una sesentena de personas han acreditado sus competencias en el campo de la electricidad.

Los participantes tienen entre 25 y 45 años, una situación de paro de larga duración y con dificultades para reincoporarse al mercado laboral. En su diagnosis, Francesc Roig hacía referencia a la «pobreza cronificada» «y no tan solo por la falta de recursos sino de ocupación, porque la gente necesita un trabajo».

La mayoría de sus participantes hace muchos años que no habían pisado una aula

Ayer comenzó la cuarta edición del curso. Un inicio en el que los doce inscritos del año pasado recibieron una titulación que reconoce las 500 horas de teoría y posteriores prácticas en una empresa. El certificado es sobre «Operaciones auxiliares de montaje de instalaciones electromagnéticas y de telecomunicaciones en edificios», y algunos de sus participantes no pudieron recoger el premio o llegaron tarde porque estaban trabajando. Y es que el nivel de inserción llega al 35%.

Seguir estudiando
Entre los que sí se encontraban en la entrega estaba Jacob Valle. Llegó en su día a Càritas en busca de una ayuda de comida y ahora ha retomado los estudios gracias a esta oportunidad. «Al principio no estaba convencido, porque la electricidad no se me daba bien. Hasta que me lo planteé como una posibilidad», argumentaba.

Durante este curso, Valle no tan solo se ha familiarizado con los cables y diferenciales, sino que sus habilidades de socialización y comunicación hicieron que poco a poco se convirtiera en el engranaje del grupo. Ahora está haciendo un grado superior de Integración Social en Reus. «Para mí ha sido como una piedra angular, una forma de darme cuenta de que aún sirvo», reconoce.

El nivel de exigencia para los participantes es elevado

La mayoría de sus participantes hace muchos años que no habían pisado una aula y el nivel de exigencia que les espera es elevado. Una realidad que pudieron comprobar desde ayer mismo por la tarde los quince miembros de la cuarta edición del proyecto, que también se encontraban en el centro. A estos, la directora de proyectos de la Fundación Endesa, Gloria Juste, les advertía: «Se os presentan unos meses por delante que serán duros pero también gratificantes».

Tatiana Tarasova es una de las participantes de esta nueva edición. Llegó a España con su hija como refugiada política por la guerra en Ucrania. Lleva dos años en Tarragona y su única experiencia laboral aquí son ocho meses en una cafetería. «Quiero una oportunidad para mejorar mi preparación y poder trabajar después, porque en mi país ya estuve durante diez años controlando contadores en un laboratorio», apuntaba.

Comentarios
Multimedia Diari