Cuando el enfermero llega en bicicleta

Movilidad. El equipo de atención domiciliaria del Cap Muralles usa una bici eléctrica para visitar a los pacientes que no pueden moverse

25 agosto 2021 17:50 | Actualizado a 26 agosto 2021 17:49
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Xavier Marín reconoce que en una ciudad con poca tradición de moverse en bicicleta a algunos pacientes les sorprende verle llegar a sus casas con el casco bajo el brazo. Él conforma, junto con su compañera Rosa Margarit, la pareja de enfermeros que se encargan de la atención domiciliaria en el Cap Muralles. Desde el año pasado usan una bici eléctrica, que ha comprado el propio centro, para visitar a sus pacientes «y nos ha ido muy bien», cuenta.

El equipo de atención domiciliaria se formó a principios del año pasado, justo antes de la pandemia, porque hasta entonces eran los mismos sanitarios del CAP los que se encargaban de ir a las casas de los pacientes que no podían desplazarse. Con la Covid vieron cómo se multiplicaba su trabajo.

Ramon Monegal, director del CAP, explica que la idea de adquirir un vehículo surgió en 2018, en una consulta a los trabajadores. Y es que hay que tener en cuenta que este CAP es una EBA, (Entitat de Base Associativa) y son los propios trabajadores quienes se encargan de la gestión.

Se contemplaron distintas ideas, incluido un coche eléctrico, pero vieron que con un vehículo así sería más complicado circular y, sobre todo, aparcar en las zonas donde tienen que dar servicio, como la primera mitad de la Rambla Nova y la Part Alta.

La intención, explica Monegal, era facilitar la vida a los trabajadores, pero desde un primer momento estaba claro que querían un transporte respetuoso con el medioambiente.

Pacientes dependientes

Ahora la bicicleta ha sustituido otros desplazamientos que antes harían caminando, relata Marín, lo que les da tiempo para hacer más visitas. Además, con la pandemia, como es un tipo de transporte individual, es ideal para evitar contagios.

Los pacientes que atienden son, en general, personas que por sus circunstancias o por las barreras arquitectónicas no pueden moverse de casa. Entre las labores habituales que realizan, en coordinación con los médicos de cabecera, están desde realizar curas hasta poner inyectables o tomar muestras para análisis.

Desde la pandemia el número de pacientes que tienen asignados ha crecido y actualmente tienen unos 350. En parte se debe, dice el enfermero, a que muchos pacientes mayores vieron como con el confinamiento mermaban sus capacidades físicas y mentales.

«Ahora se aparca mejor»

Marín explica que, en general, el resto de usuarios de la carretera son respetuosos con ellos. La bici, de hecho, tiene un cartel identificativo en el manillar. Se lo pusieron porque al principio no encontraban sitios para aparcar y muchas veces tenían que dejarla en los portales, algo que no siempre era bien visto por los vecinos.

Eso sí, desde que llegaron los patinetes eléctricos de alquiler y las empresas tuvieron que poner plazas de aparcabicis por toda la ciudad, la tarea de aparcar ha cambiado sustancialmente. «Ahora tenemos aparcamiento en los sitios estratégicos, nos ha facilitado mucho el día a día», celebra.

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