Curiosidad infantil ante la naturaleza

Documental. A través de un niño llamado Eduard Punset, descubrimos un animal fantástico, la somereta del Montsant

08 enero 2019 10:14 | Actualizado a 08 enero 2019 10:17
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El paisaje abrupto e indomable del Montsant esconde un embrujo. Misterios y leyendas que han inspirado literatura, en una atmósfera mágica entre postales vinícolas, rupestres y una vegetación mediterránea. Un entorno que evoca recuerdos de infancia, desde paseos por el bosque a aventuras envueltas de una biodiversidad, con plantas y animales, nostálgica.  

Así lo vivió el científico Eduard Punset que ha producido Someretes al Cap, un film emocionante e insólito en muchos sentidos, con guión y dirección de Guillermo García Pérez, que será estrenado este 2019. A través de este  insecto ortóptero en peligro de extinción que es la chicharra o somereta del Montsant, Punset rememora su infancia y acerca la naturaleza a la gran pantalla.  

El científico funda un universo mágico con el fin de narrar una historia bella y conmovedora en la Serra de Montsant. El destino la creó entrelazando caprichosamente la existencia de pequeñas criaturas y grandes hombres, entre los que se encuentran la infancia de Punset y el famoso zoólogo de Cabacés Longinos Navás. 

La película se apoya en el niño que todos fuimos algún día para colarse en nuestra conciencia. En esa infancia, busca reavivar vínculos emocionales en las íntimas experiencias de las personas con la naturaleza, que son la fuerza principal para amarla y revelarnos ante la idea de herirla. Esas emociones y su transmisión, esa es la cuestión.

Para darles relevancia, los argumentos científicos exigen ser narrados por una voz autorizada con capacidad para llegar al gran público. Pero también es necesario una historia real y cautivadora capaz de atrapar y de conmover. Ese relato es el de la somereta del Montsant y Eduard Punset.  

La narración aglutina el ansia por descubrir y descifrar el mundo de grandes hombres, el olvido injusto de científicos abnegados, la sombra de la extinción planeando sobre criaturas irrepetibles, segundas oportunidades que raramente concede la naturaleza y, al final, la emoción en los ojos encendidos de un niño ante un ser vivo irrepetible. 

El largometraje «busca acercar la naturaleza a la toda la sociedad para emocionarla y comprometerla» según la Societat Catalana de Ciències per la Conservació de la Biodiversitat (Bioscicat), productora de la película, a través de «un universo mágico» que incluye la infancia del propio Punset y «el origen de su extrema sensibilidad y pensamiento vital». 

Concienciación medioambiental

«La única esperanza de preservar el milagro de la naturaleza, pasa por construir en nuestra sociedad una cultura de profunda admiración hacia esta, y de respeto por todas las formas de vida», apuntan des de Bioscicat.  La idea es forjar una actitud cuidadosa con el medio ambiente que se convierta en un rasgo cultural identitario de nuestro pensamiento colectivo como sociedad, incuestionable, inquebrantable e independiente del ideario político individual.

Ante este reto de concienciación medioambiental, Bioscicat ha apostado por el cine. Y ha logrado un proyecto cinematográfico pionero que busca influir el pensamiento social dentro y fuera de Catalunya. Huye del género clásico del documental científico y recurre a la narrativa y el lenguaje cinematográfico. A través de Someretes al Cap, ensaya nuevas fórmulas pensadas para abrir los ojos ante la belleza de la vida, de la naturaleza. 

Por un lado, el inigualable poder de seducción que desborda la naturaleza -en formato 4k-, así como la posibilidad de presentar un relato científico autorizado. Por otro, la magia hipnótica de su estética y la fuerza narrativa de historias reales que emocionan y atrapan.

En peligro de extinción

La somereta del Montsant fue descrita taxonómicamente por primera vez en 1899 por el sacerdote jesuita, naturalista, botánico y entomólogo Longinos Navás. Desde entonces se ha especulado con su posible extinción en varias ocasiones ante el reducido número de ejemplares encontrados. Su nombre está vinculado con las someras o mulas con las que los payeses iban a trabajar, porque el tórax de este insecto recuerda el aspecto de una silla de montar.

El hábitat de la somereta, que pertenece a la misma familia que otros insectos similares como los grillos, se reduce exclusivamente a la sierra del Montsant, en el noreste del Priorat y está incluido, desde 2002, dentro del Parc Natural de la Serra de Montsant. 

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