De Bruselas a Tarragona con alma independentista

Es de Bruselas, de ERC y nieto de exiliado durante el franquismo. Habla la lengua de Flandes en la que declaró Carles Puigdemont

16 noviembre 2017 09:29 | Actualizado a 16 noviembre 2017 09:35
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En el perfil de Jean-Marc Segarra, director del Martí i Franquès, hay muchos ingredientes que la actualidad ha convertido en suculentos. Es independentista, nació en Bruselas y conoce el exilio en su familia. «Supongo que Puigdemont se ha ido allí para internacionalizar el problema. Es la capital de la UE y lingüísticamente también ha sufrido lo suyo», explica Jean-Marc.

Lo dice él, que habla seis idiomas, es licenciado en Filología Anglogermánica y doctorado en Literatura Comparada moderna y contemporánea. Nació en Bruselas en 1965. «Nací en la parte francófona pero luego viví en la flamenca. En casa sólo se hablaba francés pero yo iba a la escuela flamenca, donde sólo cuatro sabíamos francés», explica.

En la región valona de Bélgica se acaba escribiendo y hablando en francés. Luego está la parte flamenca, un dialecto del neerlandés, un idioma que el políglota Segarra también domina. No es una lengua cualquiera, sino el idioma que Puigdemont y los consellers eligieron para declarar, a pesar de que no lo dominaban y en cambio el francés sí. Todos los documentos de la instrucción se redactaron en la lengua de Flandes. Segarra diferencia con voz crítica entre los dictámenes de la justicia belga y española. «En Bélgica la justicia es como debe ser, totalmente independiente del poder jurídico. Aunque haya jueces de todo tipo, existe una separación de poderes», comenta el profesor, que nació en Bélgica pero a los diez años emigró a Catalunya.

Fue, en realidad, un viaje de regreso. «Mis padres se marcharon a Bélgica por cuestiones de trabajo. Mi padre era chef y mi madre, profesora de idiomas. Luego se vino allí mi abuelo, que se fue represaliado», cuenta. En la llegada a Tortosa, donde residió al principio, hubo una bofetada de realidad que comenzó a forjar su espíritu: «Me marcó que en Tortosa, en 1975, se hacía el saludo franquista, algo por lo que en Bélgica, de donde yo venía, podías ir a prisión. Pasé de la televisión en color al No-do, y aquí vi la gente muy cerrada».

Luego Jean-Marc estudió, leyó y se formó. «Creo que siempre luché por ser una persona democrática, por la fraternidad de los pueblos, por las políticas de izquierdas». Jean-Marc ayuda al Procés, desde una segunda línea de activismo y militancia. Va en la lista de ERC, de ‘9’ por Tarragona. «Quiero seguir como director del centro. Disfruto mucho con la docencia», confiesa. 

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