¿De Nadal a Nadal?

La única moción de censura en TGN fue en 1989, cuando Joan M. Nadal (CiU) la impulsó contra Josep M. Recasens (PSC)

06 enero 2021 19:20 | Actualizado a 09 enero 2021 19:33
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La ciudad de Tarragona solo ha vivido una única moción de censura desde que se recuperaron los ayuntamientos democráticos en 1979. El histórico y polémico cambio en la alcaldía de Tarragona se produjo el 17 de agosto de 1989, cuando Joan Miquel Nadal (CiU) sustituyó como máximo representante municipal a Josep Maria Recasens (PSC), quien había ocupado el cargo durante diez años tras imponerse en las tres elecciones municipales que se habían convocado hasta el momento: las de 1979, 1983 y 1987.  

Hasta ese momento, el PSC gobernaba en solitario con sus 12 concejales –entre los que se encontraba el posteriormente alcalde y actual edil del PSC Josep Fèlix Ballesteros–, mientras que CiU –10 ediles–, Alianza Popular –3– y el Centro Democrático y Social (CDS) –2– permanecían en la oposición, con la amenaza de la moción de censura desde el primer momento. 

El candidato convergente en 1987, Josep Gomis, fue nombrado conseller de Governació en 1988, y un año después se impulsó definitivamente el cambio a raíz de la moción de censura que Antoni Siurana (PSC) llevó a cabo en Lleida contra Manuel Oranich (CiU) el 28 de abril de 1989.  Pese a que ya hacía dos años que se hablaba de esa posibilidad, el cambio de ritmo en la capital de la Terra Ferma fue determinante para acordar el mismo camino, pero a la inversa, en la Plaça de la Font.  

Pese a que inicialmente era Pere Grau (CiU) el favorito para presentarse como alternativa, finalmente fue Joan Miquel Nadal el escogido, tras prosperar la moción acordada entre los 15 votos que sumaban CiU, AP y CDS. Así, Joan Miquel Nadal, Àngel Fernández, Arcadi Abelló, Carme Vericat, Josep Maria Musté, Manel del Amo, Ramon Grau, Joaquim Amorós, Pere Grau y Pere Gibert, de CiU; Joan Vallvé, Josep Miquel Sevil y Lluís Sánchez Corral, de AP; y Lluís Badia y Matias Palau, del CDS, apoyaron el cambio en el Saló de Plens, en un pleno que se inició a las 19.30 horas y que se alargó por espacio de 75 minutos. Como nota curiosa, cabe destacar que las puertas del salón se abrieron una hora antes, así como que el espacio presentaba un lleno a rebosar, tal y como se explica en la crónica del Diari del 18 de agosto de 1989.

En su intervención, el nuevo alcalde negó que accediera a la alcaldía «por la puerta pequeña», y expresó: «Si queremos cambiar Tarragona, será necesario movilizar los recursos, usar las propias fuerzas y lograr el apoyo de las otras instituciones».

Falsa alarma en 2011
Los timbales de moción de censura volvieron a aparecer en 2011, cuando Josep Fèlix Ballesteros (PSC) se quedó en minoría, tras sumar 12 concejales y quedarse ERC fuera del Consistorio. 

Los extraordinarios resultados del PP de Alejandro Fernández –con siete ediles–, así como los otros siete de la CiU de Victòria Forns, pusieron la espada de Damocles sobre el PSC desde el primer momento. Pese a ello, la relación entre las tres formaciones fue mucho más tranquila de lo previsto y, además, la aparición del procés descarriló definitivamente la posibilidad de entendimiento entre convergentes y populares. Una década después, la moción vuelve a planear sobre la Plaça de la Font. Ya se verá si se materializa como 1989 o si se queda en agua de borrajas como en 2011. Todo está, de nuevo, en manos de Nadal.    

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