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La presentación de la memoria de la Agència Catalana de Consumo estuvo acompañada de un peculiar ‘bodegón’ con todo tipo de productos retirados del mercado. Lo cierto es que, viéndolos, resulta fácil imaginarlos en cualquier casa, especialmente en una con niños.
Valga el ejemplo de los ‘squishy’, unos juguetes blanditos que se promocionan como artilugio antiestrés y que en los últimos meses han corrido por los patios de colegios. En la muestra había unos que simulaban una magdalena y un perrito caliente. En este caso tenían un imán camuflado y fueron retirados por «riesgo de asfixia y apariencia engañosa».
Pero en la mesa había, además, un disfraz de faraón, una lámpara, muñecas, pelotas con olor a frutas que desprendían trozos, diferentes modelos de cargadores de móviles, un collar para aliviar las molestias de la dentición en bebés, guirnaldas navideñas...
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Crecen las inspecciones
Todos los productos fueron retirados durante inspecciones de consumo realizadas por la agencia. De hecho, el año pasado en la demarcación las inspecciones de este tipo llegaron a 849, lo que supuso un aumento del 43%. El número más importante estuvo motivado por alguna campaña (38%).
Un ejemplo de estas campañas de inspección son las que se realizaron para el control de productos alimentarios. De 53 analizados, 22 fueron calificados como ‘no conformes’ en lo que se refería a la información que facilitaban al consumidor.
Productos de Asia
No obstante, en lo que se refiere a productos retirados del mercado la palma se la llevan el material eléctrico y de iluminación (el año pasado se retiraron 10.105 de estos productos en Catalunya).
Siguen, en orden de importancia, los juguetes (9.956) y la ropa y el calzado (864). En conjunto, el año pasado se retiraron un 22% más de artículos que el año anterior.
Algunos de los productos fueron retirados debido a alertas europeas de seguridad. La gran mayoría de los productos con alertas (el 59%) provenía de Asia, el 22% de Europa, el 11% era de origen desconocido y el 7% tenía otros orígenes.
