Del Balcó a la playa del Miracle en diez minutos

Expectación en el día de la entrada en funcionamiento de la pasarela, una obra en la que el Port ha invertido 1,7 millones y que representa la primera fase de la reforma del frente litoral

21 junio 2018 18:55 | Actualizado a 21 junio 2018 19:16
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Tarragona se abre al Mediterráneo. Es el sentimiento que expresaban algunas de las personas que ayer, por primera vez, podían bajar del Balcó del Mediterrani a la orilla de la playa del Miracle en escasos diez minutos. «Será muy bueno para la ciudad», decía María José. Junto a sus padres, había bajado desde la calle Rovira i Virgili para ir a ver la pasarela recién estrenada. 

El calor a primera hora de la tarde era intensísimo, por lo que muchas personas ya la estrenaron para ir a la playa, mientras otros tan solo se asomaban para sacar alguna foto y ver cómo había quedado. Es el caso de esta familia. La madre estaba entusiasmada. «Es muy bonita», decía. Mientras que el padre alertaba de que «da la sensación de que puede entrar un coche. Quizás a pleno día no, pero aquí una noche se puede ver cualquier cosa».

Después de toda la vida mirando el mar de lejos, los tarraconenses tenían ganas de poder cruzar las vías del tren. Decenas de personas participaron en la inauguración de una infraestructura con la que, en palabras del alcalde, Josep Fèlix Ballesteros, «estamos haciendo realidad un sueño». Y añadía: «Quizás ahora no somos demasiado conscientes de lo que significa, pero dentro de unos años nos acordaremos de este día, porque habrá supuesto un antes y un después».

Con una longitud de 300 metros, permite salvar los 17 metros de desnivel. Su construcción empezó a inicios de octubre de 2016 y ha supuesto una inversión de 1.675.778 euros, íntegramente pagados por el Port de Tarragona. La dirección de la obra a lo largo de estos 21 meses ha ido a cargo de Joan Borràs, quien ayer recordaba algunos de los impedimentos que han surgido por el camino, como las obras del tercer carril y la reforma de la estación. Esto hizo que en algunos momentos los trabajos fueran un auténtico encaje de bolillos.

Sin embargo, el Port cumplía el compromiso que había adquirido. Su presidente había dicho que quería inaugurar la estructura antes de los Juegos Mediterráneos y se hizo un día antes de la ceremonia de apertura. Además coincidió con el primer acto oficial de Teresa Cunillera como delegada del Gobierno en Catalunya, y la primera visita de Damià Calvet a la ciudad, como conseller de Territori i Sostenibilitat. La primera destacó que «el consenso y el acuerdo entre administraciones nos permiten desencallar infraestructuras como ésta».

Mientras que el representante autonómico apuntaba que esta estructura ha permitido solventar un «hándicap», que es el hecho de que «tiene el mar a tocar de los dedos y no podía disfrutarlo del todo». Ahora falta la segunda fase de esta reforma del frente litoral: la mejora del Passeig Marítim. Las obras están en marcha. «Si todo va bien, a inicios de 2019 volveréis a venir aquí para inaugurar el paseo», decía Andreu en el último evento de estas características como presidente del Port de Tarragona.

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