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Los vecinos de la zona de Interblocs del barrio de Sant Salvador denuncian la presencia de un número importante de vehículos abandonados en el lugar. El origen del problema se remonta a años atrás, pero los vecinos aseguran que la situación se ha vuelto ahora insostenible. Algunos se utilizan, incluso, de almacén. El Ayuntamiento ha conseguido retirar dos de los al menos 25 coches abandonados pero, al ser un espacio privado –propiedad de la comunidad–, la administración municipal no puede seguir actuando.
La imagen es sorprendente. Los bloques en cuestión están rodeados por un espacio al aire libre, perfecto para poder hacer deporte o para poder jugar con los más pequeños. Pero no es posible desde hace unos años, cuando algunos vecinos –y otros que no lo son– decidieron dejar sus coches alí de manera definitiva. «Muchos de ellos no cuentan con los recursos necesarios para mantener un vehículo. Dejan de pagar el seguro, lo abandonan y listos», explica el presidente de la Associació de Veïns de Sant Salvador i Sant Ramon, Toni Garcia.
Se pueden ver más de una veintena de vehículos, la mayoría de ellos desballestados, sin motor, los cristales rotos, las puertas abiertas y los neumáticos desinchados. Esto en el mejor de los casos; algunos no tienen ni ruedas. «No solo es que dé mala imagen de cara al exterior, sino que supone un peligro para los niños que van a jugar. En cualquier momento se pueden caer y clavarse algo», explica una vecina de uno de los bloques, Loli Santillana.
Los propietarios de los coches son desde vecinos que se quedaron sin trabajo y que no pueden hacer frente a los gastos, hasta vecinos que ya fallecieron o gente que no vive por la zona, pero que es conocedor que no pasa nada si abandona allí su coche. «Hay algunos ocupas que utilizan el vehículo abandonado como almacén. Guardan la chatarra que recogen o la bicicleta de la niña dentro de la furgoneta», relata Santillana, quien sigue: «La mayoría de ellos viajan a sus países de origen muy a menudo. Lo que no se llevan, lo dejan aquí. Hasta que se convierte en basura».
Sacarlos a la vía pública
Si esto ocurriera en la vía pública, la solución sería más sencilla. En circunstancias normales, deshacerse de un coche abandonado en la calle tiene un procedimiento marcado. La Guàrdia Urbana lo identifica y le pone una pegatina para que el propietario se responsabilice. En caso de no quererlo, la misma policía ayuda al titular a dar de baja el coche y la grúa lo recoge. Pero el caso de la zona de Interblocs es distinto.
Se trata de un espacio público de uso privada, es decir, la gestión es cosa de la comunidad de vecinos que, en este caso, no tiene capacidad ni recursos para poder retirar los vehículos. El Ayuntamiento no puede hacer nada al respeto. Pese a la normativa, el Consistorio consiguió hace unas semanas deshacerse de dos coches. «Estaban en muy mal estado. De hecho, suponían un peligro para los niños. Más que coches, eran chatarra», explica el concejal Manel Castaño. El argumento de preservar la seguridad en el lugar fue el que permitió la retirada de los vehículos. «Estamos trabajando en el tema y buscaremos la forma jurídica y administrativa de hacerlos. Pero es muy complicado poder actuar en una zona de uso privado», apunta Castaño. La única solución que ven desde el Consistorio es encontrar la manera de sacar los coches y trasladarlos a la vía pública, para poder empezar con el procedimiento habitual.
Los vecinos llevan años denunciando esta situación. Incluso han elaborado un inventario con el número de vehículos abandonados. Actualmente, hay unos 25. Desde la asociación se han llevado a cabo reuniones con el Ayuntamiento para abordar este tema. Por su parte, el concejal Castaño pide paciencia a los vecinos y se muestra esperanzado en encontrar una solución lo antes posible.
