Descontento por el estado de las barras del Miracle

Los usuarios de la zona deportiva califican de «pésimo» el estado en el que se encuentran las instalaciones. Por ello, piden al Ayuntamiento que mejore el material

23 agosto 2018 10:35 | Actualizado a 23 agosto 2018 10:43
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Creer que se necesita dinero para ponerse en forma es estar muy equivocado. De hecho, es probable que muchos de los que practican deporte sin pagar un solo centavo estén bastante mejor físicamente que algunos que frecuentan el gimnasio.

Esto no se debe única y exclusivamente a la dedicación y a la constancia, sino a la realización de ejercicios más funcionales.

El street workout es un deporte en auge que consiste en ejercitar los músculos utilizando objetos del entorno callejero, usualmente en parques. Además, se usa el propio peso del cuerpo, disciplina conocida como calistenia.

Apto para cualquier edad, posee también grandes cualidades para la rehabilitación de lesiones. 

En Tarragona hay numerosos adeptos de esta religión que se reúnen todas las tardes en la Platja del Miracle en torno a las 7 de la tarde, cuando el sol veraniego ya no es tan sofocante. Gente de todas las edades y orígenes han formado una gran familia: todos se conocen, y describen su disciplina deportiva como un estilo de vida sano, educado y respetuoso.

No obstante, no todo el monte es orégano: «El parque de barras de la Platja del Miracle es pésimo teniendo en cuenta que Tarragona es capital de provincia», opina Lautaro Russo, un joven de 23 años, que lleva casi una década entrenando en el lugar. Russo dedica 2 o 3 días por semana a cultivar su cuerpo practicando street workout. 

Bajo el sol asfixiante de la Costa Daurada, los usuarios de las barras del Miracle están un poco descontentos con el material de la zona: «La barra más importante, la de hacer dominadas, es demasiado gruesa y está anclada a muy poca altura del suelo. Además, al no estar pintada, la chapa se vuelve muy resbaladiza, algo que supone un suplicio hasta para los que llevamos años entrenando», explica Russo. 

El suelo, además, «es incomodísimo al ser de tierra». «Acaba entrando gravilla en los zapatos o éstos se ensucian demasiado», añade. De todos modos, la barra para hacer fondos se lleva la palma. Los usuarios temen incluso lesionarse debido a la enorme separación que hay entre las paralelas.

Jordi Alarcón, quién lleva entrenando más de 10 años en el Miracle, considera que el parque necesita «una sustitución de material».

La otra opción

Paralelamente, hay otro parque, situado en la zona del Francolí. «Las instalaciones son mejores que las del Miracle, sin ninguna duda. Las barras, aunque del mismo material y resbaladizas, son más altas. También hay una escalera horizontal y unas espalderas, que, a pesar de su estado lamentable, otorgan versatilidad al entrenamiento».

Sin embargo, no parece el sitio más óptimo, ya que «está plagado de mosquitos durante todo el año», relata Lautaro. 

Los usuarios del parque del Miracle envidian la «profesionalidad» que hubo al construir los parques de Torredembarra, Constantí, Altafulla o La Pineda, y les sorprende que el nivel de la capital no sea el mismo.

«Lo mínimo sería que pusieran una maldita barra en condiciones y una paralela como Dios manda. Y no estaría de más que cambiaran el suelo por uno de caucho. No pedimos mucho, solo el nivel que se merece nuestra ciudad», reclama Russo.  

Comentarios
Multimedia Diari