«Después de esta crisis los chicos necesitarán la mentoría más que nunca»

Una campaña capta fondos para que la entidad Quilòmetre Zero pueda seguir su programa con niños y jóvenes en riesgo de exclusión

17 junio 2020 17:50 | Actualizado a 17 junio 2020 18:07
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«¿Sabías que la probabilidad de acceder a la universidad para un niño sin padres universitarios es de un 35%? En cambio, con el acompañamiento de una persona mentora, la probabilidad de acceder a la Universidad sube hasta un 65%. No obstante, la probabilidad de tener una persona mentora, un referente positivo, de forma natural en entornos desaventajados es sólo de un 49%, mientras que en los niños que se encuentran en entornos favorables sube hasta un 85%».

Estos datos dan la clave del trabajo que realiza, desde 2013, la entidad Quilòmetre Zero: facilitar que niños, adolescentes y jóvenes cuenten con un voluntario/a que se convierta en su mentor.

El proyecto Rossinyol fue el primero que puso en marcha la entidad y en él participan durante este curso 36 niños de Tarragona, Vilaseca, Reus y La Canonja, junto a estudiantes universitarios o de formación profesional que hacen de mentores.

El programa se basa en encuentros entre los chicos y sus mentores una vez a la semana, pero la crisis del Covid-19 vino a trastocarlo todo, comenta Marina Claverías, coordinadora de proyectos de la entidad.

Pese a todo, las parejas no perdieron el contacto y los voluntarios también se ocuparon de hacer de enlace con las escuelas porque muchos chicos no tenían los dispositivos o la conexión para seguir estudiando desde casa. En algunos casos en los que la familia no domina el lenguaje también les ayudaron a estudiar y a hacer los deberes. La brecha digital y social, reconoce Claverías, se hizo más que evidente, «algunos están pasando situaciones muy complicadas, después de esta crisis los chicos van a necesitar la mentoría más que nunca», explica.

El camino de la adultez

Desde la entidad también se acompaña a a jóvenes extutelados a través del proyecto Ambtu. Son jóvenes de entre 16 y 23 años que han vivido parte de su vida en un centro de protección de niños/as y que a los 18 años tienen que emanciparse de forma temprana. El programa los vincula a personas voluntarias mayores de 30 años que, con su experiencia, se convierten en sus referentes positivos durante un mínimo de 6 meses. En este proyecto participan actualmente 10 jóvenes que han seguido en contacto con sus mentores y que han podido reencontrarse personalmente cuando ha estado permitido.

En un esfuerzo por poder mantener los programas el curso que viene la entidad ha abierto una campaña de micromecenazgo. Claverías explica que algunos ayuntamientos ya han asegurado que aportarán financiación, pero otros no, y se espera que vengan tiempos difíciles para los consistorios que tendrán que emplear muchos recursos en asistencia en servicios sociales.

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