Destrozan y vallan el muelle del lago del Anillo Mediterráneo de Tarragona

Diez meses después de los Juegos, el estanque sigue sin actividad, mientras el consistorio prepara la licitación del servicio de embarcaciones, al estilo Parque del Retiro

01 mayo 2019 08:26 | Actualizado a 09 mayo 2019 10:46
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Ya han pasado diez meses desde que acabaron los Juegos Mediterráneos y el epicentro del evento deportivo sigue teniendo un aspecto desértico. Además, el Anillo de Campclar ha sufrido las consecuencias del incivismo por parte de grupos de jóvenes. Hace unas dos semanas, el embarcadero del lago despertó con destrozos, provocados aparentemente con piedras. La empresa encargada del mantenimiento del recinto instaló de inmediato algunas vallas y cerró el paso de la pasarela por riesgo de hundimiento. 

El muelle está hecho de un plástico sintético que simula madera. La intención del Ayuntamiento era que esta pasarela acogiera un servicio de alquiler de embarcaciones, para poder navegar por el lago, al estilo Parque del Retiro de Madrid. Pero diez meses después de la finalización de los Juegos, el espacio sigue sin funcionar. Por su parte, desde el Ayuntamiento de Tarragona aseguran que se está trabajando en la redacción del pliegue de condiciones del contrato de concesión y que está previsto que se licite el servicio de embarcaciones en un corto período de tiempo. 

Hace aproximadamente dos semanas, los encargados del mantenimiento del recinto se percataron de que el embarcadero había sufrido daños. «A veces se reúnen, justamente en ese punto, grupos de jóvenes de los barrios de Ponent. No me extrañaría que fueran ellos los que apedrearon el muelle, dejándolo inutilizado», explica uno de los trabajadores. Por el momento, el embarcadero solo servía para hacer fotografías, con el lago de fondo.

El Anillo Mediterráneo, epicentro de los Juegos, cuenta con un total de 3.600 árboles, que envuelven la zona del estanque. El lago se encuentra ubicado donde antiguamente existió el popular barrio de la Esperança y está diseñado para recoger las aguas pluviales en un punto de la ciudad donde siempre ha habido problemas de inundabilidad. Además, esta agua servirá para regar la vegetación del complejo. El lago tiene un calado máximo de 1,40 metros y uno de mínimo de 0,70. Cumple la función de depósito de agua.

Saqueando el parque
Y el problema del embarcadero no es el único. Los encargados del mantenimiento se han percatado de que, poco a poco, están saqueando el recinto. Primero se llevaron una mesa y bancos de la zona de picnic y, después las mangueras que se dejan los jardineros. También se hicieron con parte del vallado perimetral, «para vender al chatarrero», dicen.

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