Detectados en un año 10 locales y pisos donde se ejercía la prostitución

En una de las viviendas había una habitación con seis literas donde dormían las seis mujeres, al lado de todas sus pertenencias

19 mayo 2017 23:47 | Actualizado a 22 mayo 2017 11:23
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Durante las seis operaciones realizadas por la Guàrdia Urbana y el Cuerpo Nacional de Policía el año pasado se detectaron un total de diez locales y pisos donde se ejercían actividades relacionadas con la prostitución sin tener ningún tipo de licencia ni permiso. La mayoría de las viviendas se encuentran en el centro de la ciudad y sólo una está en barrios –concretamente en Torreforta–. Fuentes policiales subrayaron al Diari que el objetivo de estas inspecciones –que seguirán durante este año– es detectar si las presuntas meretrices ejercen dicha actividad bajo el control de alguna red organizada y también hacer aflorar una actividad económica que se ejerce sin ningún tipo de control ni de licencia municipal.

La campaña de control de esta actividad viene determinada, por un lado, por las quejas vecinales –bien a través de personas o bien por asociaciones de vecinos– que han llegado al Ayuntamiento o a la propia Guàrdia Urbana. Por su parte, el Cuerpo Nacional de Policía ha detectado, a nivel de España, una proliferación de organizaciones dedicadas a la inmigración ilegal relacionada con la falsedad documental. Dichas bandas trafican con personas, a las que facilitan documentación falsa.

Ante el incremento de estos casos, la Policía Nacional –a través de la Unidad contra las Redes de Inmigración y Falsedades Documentales, Ucrif– ha marcado como una de sus prioridades la investigación de los delitos relacionados con la prostitución. Ésta se define como la prestación de un servicio sexual mediante el pago de una cantidad de dinero. Dicha labor puede ser ejercida de forma voluntaria. En este caso, se excluye de la investigación. Pero también se dan los casos de que las mujeres actúen bajo coacciones –mediante agresiones físicas, verbales, engaños, abusos, etc–.

El objetivo de los investigadores eran tres tipos de objetivos: los locales que funcionan como clubs de alterne, los establecimientos comerciales relacionados con salones de belleza o masaje y finalmente los apartamentos o pisos que se encuentran en los bloques comunitarios.

El año pasado se efectuaron seis dispositivos especiales. Durante los mismos se identificaron a treinta personas –tanto trabajadoras como clientes–. Dos mujeres fueron detenidas por prostitución –por su presunta relación con un grupo organizado– mientras que otras dos personas fueron arrestadas en aplicación de la Ley de Extranjería. Los agentes accedieron a diez enclaves donde se ejercían actividades relacionadas con la prostitución sin tener los permisos necesarios.

De los diez puntos donde se intervino, sólo uno es un establecimiento. Está situado en la Rambla del President Lluís Companys. Cinco estaban en pisos –calle Pere Martell, avenida de Catalunya, Baixada del Roser, Rambla Vella y Gandesa, en Torreforta–, mientras que otros cuatro se encuentran en locales: calles Pere Martell, Unió, Eivissa y Mallorca.

Normalmente, los locales inspeccionados están regentados por ciudadanos extranjeros –principalmente chinos y sudamericanos–, mientras que los pisos son básicamente de españoles, sudamericanos y de países del Este de Europa.

Durante algunas de las inspecciones se encontraron clientes. En este caso, los agentes les informan del motivo de la inspección. En uno de los pisos se halló una habitación con seis literas, donde convivían seis trabajadoras al lado de sus enseres personales y su ropa, todo ello recogido en bolsas.

Fuentes policiales subrayaron que la ciudad de Tarragona está muy controlada la problemática de la prostitución, «al contrario de lo que ocurre con otras».

 

Salón de masajes

El 15 de mayo del año pasado tuvo lugar uno de los dispositivos, en este caso en la avenida President Companys. En los bajos del Edifici Zeus había un supuesto salón de masajes en el que se ofrecían servicios sexuales. Las dueñas, en su día, solicitaron licencia para abrir un hostal. La Guàrdia Urbana, durante una inspección, observó que aquello no tenía nada que ver con lo solicitado, sino que se alquilaban las habitaciones por horas.

Mientras el Ayuntamiento tramitaba el expediente para el cese de la actividad, las responsables pidieron una nueva licencia, en este caso para salón de masajes. Durante la inspección del día 15, los guardias vieron que todo seguía igual. Allí estaba material erótico. Una de las dos mujeres que se encontraban en el local –ninguna tenía contrato de trabajo– fue detenida por encontrarse en situación irregular en España ya que no había renovado la documentación.

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