Detenido en Tarragona un comandante del Ejército por extorsión

Enviaba anónimos a gente de su entorno

19 mayo 2017 22:19 | Actualizado a 22 mayo 2017 14:39
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Un comandante del Ejército español destinado en Barcelona y con residencia en Tarragona está bajo investigación judicial por haberse dedicado a extorsionar a personas de su entorno para conseguir dinero, según publicó ayer el diario El País. De acuerdo con la causa que mantiene abierta el Juzgado de Instrucción número 4 de Tarragona, el oficial envió presuntamente cartas anónimas y amenazadoras a gente con quien le unía una relación de amistad para que le entregasen importantes cantidades de dinero. Según el relato del citado periódico, el sospechoso, actuando desde el anonimato, tenía acobardadas a sus víctimas porque se valía de datos y detalles de sus vidas para hacer más creíbles y angustiantes las amenazas.

La detención se produjo durante un operativo en la zona del club de tiro de Els Pallaresos el pasado 29 de mayo. La policía había estado siguiendo la pista de los escritos enviados a una de las víctimas, en los que quedaba claro que el emisor conocía al detalle circunstancias personales y familiares del receptor, por lo que los investigadores comenzaron a rastrear sus círculos más cercanos. Las sospechas confluyeron en el citado comandante del Ejército, destinado en el cuartel del Bruc de Barcelona y residente en Tarragona. El oficial sufría una controvertida situación personal que le llevaba a necesitar continuas sumas de dinero.

El día de la detención, los agentes observaron primero cómo la víctima llegaba al lugar en coche y dejaba una bolsa con dinero en un punto del aparcamiento que le había sido detallado en una de las comunicaciones. Tenía indicaciones de abandonar rápidamente el lugar. A los pocos minutos, otro coche entraba en el aparcamiento. El vehículo era conducido por el comandante del Ejército, que, sin vacilar, se dirigió al punto donde había sido depositada la bolsa. Fue entonces cuando los agentes le detuvieron.

El oficial estuvo dos días en los calabozos y el día 31 de mayo compareció ante el juez. Tras declarar quedó en libertad con cargos, imputado por un delito de extorsión y con prohibición de aproximarse a la víctima. Según El País, un portavoz del Ejército ha admitido que estaba enterado de los hechos y que se abrirá un expediente, paralelo a la instrucción judicial, para aclarar el asunto.

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