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Sobre la una y media de la tarde de ayer jueves, una patrulla de la Guàrdia Urbana acudió a la estación de autobuses de Tarragona por una pelea entre dos hombres. Uno de ellos había quedado su expareja, a la que también le habría estado enviando mensajes. Y todo ello a pesar de tener una orden de protección, que le impide comunicarse o acercarse a la mujer. Por ello, los agentes detuvieron al sospechoso por un delito de quebrantamiento de condena. Se trata de un ciudadano marroquí de 26 años y vecino de Tarragona.
El enfrentamiento entre ambos al parecer vino porque la expareja del detenido estaba actualmente con el otro contrincante. Posteriormente apareció la mujer, quien había quedado con el arrestado a pesar de que tiene una orden de alejamiento por la cual él no puede acercarse a menos de 500 metros. Ella reconoció que habían estado enviándose mensajes por el teléfono móvil, mensajes que enseñó a los agentes.
