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Después de una larga persecución por diferentes calles, la Guàrdia Urbana logró detener a un hombre como sospechoso de una veintena de robos cometidos en el interior de vehículos estacionados en la zona del cementerio. Cuando fue localizado, el individuo ofreció una fuerte resistencia al arresto. Se trata de un joven de 25 años y natural de Ponferrada (león). Está acusado de robo con fuerza en el interior de vehículo, atentado a agentes de la autoridad y lesiones.
Durante la tarde de ayer martes, la Guàrdia Urbana tuvo conocimiento de que diversos vehículos estacionados en la zona del cementerio habían sido víctimas de robo de efectos de su interior. Un testigo facilitó la descripción del sospechoso, la cual fue facilitada a todas las patrullas para que dieran una batida por la zona. Los agentes constataron que había 19 vehículos que presentaban síntomas de robo.
Posteriormente, un ciudadano alertó a la Guàrdia Urbana de que acababa de ver a un individuo que rompía el cristal de un vehículo estacionado en la avenida de Catalunya. El ladrón salió huyendo en dirección al Portal del Roser. El testigo facilitó su descripción.
Poco antes de las diez de la noche, una patrulla vio al sospechosos delante del Seminari, en la calle Sant Pau. El individuo, al detectar la presencia policial, intentó esconderse detrás de un coche.
Los policías se acercaron al sospechoso y éste salió corriendo hacia el Pla de Palau. Uno de los agentes lo comenzó a perseguir a pie en dirección a la Rambla Vella.
Cinco minutos después vieron al sospechoso sentado en la terraza de un restaurante de la Plaça dels Sedassos. Los guardias se acercaron a él y comenzó a chillarles e insultarles. Le pidieron que se calmase ya que estaba muy nervioso y desafiante.
Cuando se calmó, el joven aseguró que llevaba allí unos 30 minutos, aunque uno de los trabajadores lo desmintió y dijo que acababa de llegar. A pocos metros de donde estaba sentado se encontraron dos mochilas, con unos guantes, una piedra, una gorra, una linterna, una colonia, un pen drive, etc. Algunos de los objetos eran de víctimas de los robos.
Ante las evidencias, los agentes indicaron al sospechoso que les acompañara para proceder a su identificación ya que iba indocumentado. El individuo se mostró de nuevo agresivo y desafiante. Cuando se procedió a su detención, tiró al suelo a un agente, doblándole el brazo. Ante ello tuvo que ser reducido por la fuerza.
