Devoción marinera en El Serrallo

El barrio marinero del Serrallo está de fiesta mayor y ayer era su día grande: Sant Pere, el patrón de los pescadores, al que todos los años sacan en procesión para tener una temporada de buenas capturas.

Sin embargo, este acontecimiento se ha convertido también en una oportunidad para ver la riqueza de entidades con ADN serrallense,  que ayer no dudaron en acompañar a su santo. 

Megáfono en mano, mosén Joaquim Gras se encargaba de poner orden. Primero, la Vibrieta; después, los gegants, los Xiquets del Serrallo y los pescadores pequeños.

Tuvo un lapso cuando presentó a las milicias urbanas de la Guerra del Francès como las milicias de la Guàrdia Urbana. La comitiva la cerraban la cruz, los niños de la comunión, las banderas y finalmente Sant Pere, que, encima de su barca maravillosamente ornamentada, hacía aparición cuando los Xiquets del Serrallo empezaban a levantar un pilar de cuatro.

Sentada en un banco de delante de la iglesia estaba Amparo Guardia. Vive en la Rambla, pero intenta no perderse la procesión de Sant Pere. «Es muy emocionante. Vengo cada año porque la entrada es muy bonita, cuando meten al santo de rodillas, pero este año volvía en tren de Barcelona y he llegado para la salida», decía.

Guardia afirmaba que lo que más le gusta es la «devoción» de los serrallenses hacia su patrono y la juventud del barrio que participa de la fiesta. «Bueno, pues espérate el día 16 con la Verge del Carme. Aquello sí que es bonito, cuando la suben y salen con la barca es precioso», decía la mujer de su lado.

Ya se despedían cuando el séquito de la procesión ya iniciaba su recorrido por las calles serrallenses.