Dídac Nadal acusa al PSC de falsear el caos del Jaume I

Sube la tensión El alcalde Ballesteros choca con el candidato de JxTGN por el desastroso parking, que impulsó Nadal padre, en el debate de TAC12

16 mayo 2019 06:57 | Actualizado a 16 mayo 2019 19:57
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El desastre del no párking Jaume I fue ayer la mecha que hizo subir la temperatura de la –hasta ahora– insulsa campaña electoral para las elecciones municipales del próximo 26 de mayo. La tensión estalló durante el debate de la televisión pública TAC 12, cuando Josep Fèlix Ballesteros (PSC) y Dídac Nadal (Junts per Tarragona) se enzarzaron en una agria discusión por el aparcamiento que estaba previsto en la Part Alta y que –inicialmente– debía costar 3,9 millones de euros pero que –según indica el gobierno municipal– ya ha generado una deuda de más de treinta millones para las arcas de la Plaça de la Font, sin que el equipamiento sea una realidad ni se sepa aún cuál será su destino final. 

Ballesteros advierte de que ERC, CUP y Comuns «ya tienen el pacto cerrado» tras el 26-M

Todo se aceleró cuando –con el debate ya en su segunda parte–  el candidato a la reelección calificó la obra de la Plaça de l’Antic Escorxador como «el agujero de la vergüenza». En ese momento, Nadal –que ayer decidió pasar al ataque después de unos primeros días de contemporización– estalló, asegurando que «ya hablaremos de lo que han hecho ustedes contablemente con el Jaume I», y añadió: «Hasta ahora hemos sido muy educados, pero es una vergüenza lo que han hecho. No han querido tirarlo hacia adelante porque les interesa tenerlo cerrado».

Carla Aguilar (En Comú Podem) no acudió al debate por el fallecimiento de 
su mascota

De esta manera, el líder postconvergente acusó al PSC de falsear la situación económica en la que se encuentra la obra, inmersa aún en un farragoso proceso judicial.  

Josep Fèlix Ballesteros (PSC): «Somos la opción del diálogo. Así hemos desencallado temas como el Mercat, la EOI y el POUM»

Tras las palabras del candidato de Carles Puigdemont–que ayer fue el único candidato soberanista que no lució lazo amarillo–, Ballesteros le recordó que el párking Jaume I «fue un invento de su padre». De hecho, las obras empezaron en el año 2000 y se paralizaron en febrero de 2008, medio año después de que se iniciaran las pruebas del teórico aparcamiento robótico durante la campaña electoral de 2007, que fue la primera que ganó Ballesteros y que sirvió para poner el punto y final a la etapa de 18 años de Joan Miquel Nadal –padre de Dídac– al frente del Consistorio. 

Rubén Viñuales (Cs): «Me crié en Campclar. Debe apostarse por la seguridad, la limpieza y la Horta Gran para vertebrar la ciudad»

«Frenan la investigación»
Ayer, Nadal y el alcalde se dejaron  ir ante las cámaras de la televisión del Camp de Tarragona. Se notaba que se tenían ganas de polemizar, como también pasa en el Saló de Plens. «Aprenda a escuchar señor Nadal, que esto es bueno en política», aconsejó el socialista a un alcaldable soberanista que acusó a Ballesteros de «no haber hecho nada en doce años», y de ser el líder «con un auto judicial más difícil por el caso Inipro». 

Pau Ricomà (ERC): «Debe priorizarse la rehabilitación y no la expansión. Somos la capital con más pisos ruinosos»

Los disparos al alcalde por el Jaume I no acabaron aquí. Laia Estrada (CUP) aseguró que «el bulto» del Casc Antic «es responsabilidad del anterior alcalde, pero usted –refiriéndose a Ballesteros– estaba en el consejo de administración de Aparcaments», detalló, acusó a la vez que acusó al actual ejecutivo municipal de frenar la investigación judicial «por no presentarse como acusación para poder saber qué pasa». 

Por su parte, Rubén Viñuales se reivindicó como alternativa, asegurando que Junts per Tarragona y PSC «se pelean por una batalla antigua, mientras que nosotros somos gente nueva», y propuso convertir el agujero «en una gran biblioteca» para pasar página. 

José Luis Martín (PP): «Hemos sido los primeros en demostrar que se puede rebajar el coste de los parkings»

Bloques definidos
El debate de ayer sirvió, asimismo, para ver claramente los dos bloques en los que están divididos los candidatos. Así, Rubén Viñuales (Ciutadans) y José Luis Martín (PP) prácticamente no atacaron la gestión del alcalde socialista, mientras que el independentismo remó en la misma dirección, esto sí, con un Pau Ricomà (ERC) que se mostró excesivamente conservador, seguramente a raíz de los excelentes resultados cosechados por los republicanos en las Generales del pasado 28 de abril. 

Cabe destacar la baja de última hora de la alcaldable de En Comú Podem, Carla Aguilar Cunill, a causa del fallecimiento de su mascota. «Hoy no podré asistir a los actos previstos, no tengo fuerzas», escribió en la red social Facebook.

Dídac Nadal (JxTGN): «Es una vergüenza lo que han hecho con el Jaume I. Han querido tenerlo cerrado»

Una de las notas destacadas del debate fue que, por primera vez, Ballesteros prácticamente descartó un posible acuerdo con Esquerra tras los comicios que tendrán lugar dentro de diez días. «ERC, CUP y los Comuns ya tienen el pacto hecho», indicó el líder socialista, quien de esta manera deja clara su preferencia por mirar a Ciutadans y el PP tras el 26-M. El alcaldable del PSC se presentó como candidato «del diálogo y la convivencia», pero se pasó la mayor parte del debate mirando al pasado, recordando la gestión realizada desde 2007 para tramitar el POUM, trasladar la Escola Oficial d’Idiomes (EOI) a la Chartreuse y la compleja reforma realizada en el Mercat Central.  

Durante el debate, Rubén Viñuales se erigió como el defensor de los barrios de Ponent. «Me crié en Campclar, y sé que las prioridades son la seguridad, la limpieza, el microurbanismo o la jardinería. Hay demasiadas Tarragonas, y lo que debe hacerse es vertebrar mucho mejor la ciudad», afirmó. Según el candidato naranja, se revertiría «apostando por la Horta Gran para que el Francolí deje de ser una separación» y situando «aparcamientos disuasorios y autobuses lanzadera» en los barrios. 

Laia Estrada (CUP): «El Ayuntamiento debería presentarse como acusación en el Jaume I»

En el otro extremo, Pau Ricomà (ERC) se centró en un crecimiento de la ciudad que, según denunció, «ha sido desordenado tras priorizar los intereses privados». Criticó el plan de la Budellera, apostó por «dinamizar el centro y dar más vida a los barrios» –mediante la rehabilitación de inmuebles– y «ampliar la Anella Verda».

Los republicanos, que fueron una pieza clave del nuevo POUM, han cambiado su opinión sobre el urbanismo de la ciudad «porque los parámetros previstos son precrisis», ya que «se centran en una expansión basada en el ladrillo, cuando en el centro y en barrios como Sant Salvador, Sant Pere i Sant Pau o la Part Baixa podemos adecuar hasta 17.500 viviendas». «Según la Agència de l’Habitatge somos la capital con más pisos ruinosos», detalló.  

Finalmente, José Luis Martín (PP) se juega buena parte de sus aspiraciones en el reconocimiento que pueda tener la gestión de las áreas que su partido ha llevado desde 2016. Por ello, recordó la rebaja de tarifas de los parkings –de 12 a 5,5 euros al día– y la «apuesta por el espacio público», especialmente en parques, jardines y zonas infantiles. El problema es que si el debate se hubiera medido por minutos, Martín sería el que habría acabado con un mayor déficit de tiempo. Y de largo. 

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