Diecisiete familias de un bloque de Campclar viven confinadas sin luz ni gas

Se manipuló la instalación eléctrica y se quemó por completo. Ahora, la Generalitat reubicará a los afectados. Ayer Endesa cortaba el suministro otro edificio «por cuesiones de seguridad»

08 abril 2020 19:30 | Actualizado a 08 abril 2020 19:31
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El confinamiento tiene una de sus caras más amargas en el barrio de Campclar. En concreto, en el bloque número 4 de la calle Riu Brugent, donde un total de diecisiete familias viven desde el jueves de la semana pasada sin luz ni gas. «Nos las apañamos como podemos», asegura José Ramón. Tiene a sus padres, de más de setenta años, a su hermana y a un sobrino en una de las viviendas afectadas. «Tienen butano y hemos puesto una batería para la luz y al menos les da para una radio pequeñita», añade.

Un incendio que tenía lugar en la sala de contadores dejaba a los vecinos de este bloque sin suministro eléctrico. El fuego afectó toda la instalación, la escalera quedó completamente negra, a causa del humo, y algunos vecinos tuvieron que dejar el piso para irse a casa de sus familiares. Otros se quedaban allí y la falta de electricidad representa un problema adicional a la insólita situación que viven desde principios de diciembre las familias de este bloque. Y es que, hace unos meses ya hubo un problema con el gas. Más de doscientas familias de esta misma calle se quedaban sin poder cocinar, ducharse o poner la calefacción. La avería, que afectó a un total de doce bloques, se produjo a causa de una manipulación negligente de una caldera.

En este caso, el protocolo establece que los propietarios deben hacerse cargo de su reparación y hasta que los técnicos homologados muestren que todo vuelve estar en orden, no podrá volver a reconectarse el suministro. La situación se ha resuelto parcialmente, pero aún hay seis bloques que siguen afectados. Entre otros, el número 4 que es el que ahora tampoco tiene luz.

A pesar del orden de confinamiento, José Ramón asegura que periódicamente tiene que salir para hacerse cargo de sus padres. «Intento escaparme cuando puedo para ver cómo están, pero soy asmático y me da miedo salir, pero no nos queda otra», asegura.

Las causas del incendio se desconocen. Hay pisos que tienen la luz pinchada y fuentes policiales han asegurado que en una de las viviendas había una plantación de marihuana interior. Los vecinos no saben hasta cuándo tendrán que vivir en estas condiciones. «Hay un señor que bajó la nevera a pulso para que no se le malograra todo lo que tenía, porque claro, ahora tampoco puedes estar saliendo todos los días a comprar», explica Paloma Jiménez. Muchas de las familias se están organizando cómo pueden. Algunas salen a casa de familiares a comer, a pesar de que, con el estado de alarma, no podrían. «No podemos estar otros seis meses así», lamenta Paloma.

A raíz del incendio de la semana pasada, se desprendió el falso techo de la entrada, que sigue completamente negra a causa del humo. «Al menos que alguien contrate a una empresa de limpieza, porque se están tragando toda la porquería», dice José Ramón.

Muchas de las viviendas son propiedad de la Agència Catalana de l’Habitatge. Ayer, el Departament de Territori i Sostenibilitat aseguró que, junto con la dirección general de Protecció Civil, se está gestionando el «realojamiento» para estas familias.

La administración catalana afirma que hoy mismo se pondrá en contacto con las familias para informarles. Asimismo, la Agència de l’Habitatge de Catalunya ha asegurado que va a hacerse cargo de todos los gastos, «a pesar de que el informe que hizo la compañía de seguros dice claramente que el incendio se produjo a raíz de una manipulación».

No es el único bloque de esta calle en el que ahora mismo no hay luz. Técnicos de la compañía eléctrica Endesa ayer por la mañana cortaron el suministro del número 17, tras detectarse que las instalaciones habían sido manipuladas de forma reiterada. De hecho, la eléctrica asegura que desde finales de marzo ha recibido «varios avisos» a raíz de incidencias. Como consecuencia, se ha decidido cortar el suministro. «Es una cuestión de seguridad hacia las personas, porque si se ha manipulado la instalación puede producirse un incendio y tenemos casos en los que se ha tenido que avisar a los bomberos e incluso ha habido muertes», asegura la compañía. El protocolo de actuación es claro en este sentido: si hay un riesgo potencial, la empresa corta el suministro y hasta que los propietarios no garanticen que la instalación es segura, no volverá a conectarse.

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