Disfraces contra el confinamiento

Óscar Olivé regaló a sus amigos y conocidos una divertida imagen diaria disfrazado

28 mayo 2020 07:35 | Actualizado a 28 mayo 2020 09:17
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El confinamiento obligado por el estado de alarma a causa de la pandemia del coronavirus ofreció muchas oportunidades de redescubrir rincones inhóspitos de nuestros domicilios. Espacios que contenían sorpresas. En uno de esos escondites de los recuerdos, en la buhardilla para ser más concretos, encontró Óscar Olivé (El Catllar, 47 años) cajas llenas de disfraces de carnaval. Retazos de una época en la que cada calle del municipio participaba a su manera en la alocada fiesta. Años e incluso décadas de abandono para recuperar su esencia quijotesca durante una pandemia de ciencia-ficción. 

Óscar, ‘Mestret73’ en Instagram, cogió la que más gracia le hizo, un disfraz de toro ‘enamorado de la luna’, con un precioso lazo rojo entre los cuernos. Enfundado en él no dudó en pedirle a su pareja Èlia que le sacara una foto. Directa a Instagram. En apenas unos minutos le empezaron a llegar mensajes y comentarios de sus amigos. Algunos preocupados de manera irónica por su salud en confinamiento, otros agradeciéndole el buen rato que les había hecho pasar su imagen e invitándole a seguir con ello. No se lo pensó dos veces. Abierto ya el baúl de los recuerdos, Oscar Olive se soltó, descubriéndose como un maestro del disfraz. Cada día de confinamiento ha colgado una foto disfrazado. Las ha habido de todo tipo. Clásicos como de payaso o de troglodita, de tenista, ciclista, espantapájaros, butanero o de pollo; de personajes como Harry Potter o Scream; de animales, etc. Una lista extensa de imágenes graciosas y muy creativas. Durante la cena hablaba con Élia sobre el próximo disfraz y cómo escenificarlo. Muchos han sido caseros como el surfero o el de ‘musher’, idea extraída de la película Togo, que contó con la inestimable participación de Bill, Ninja y Sharon, sus tres perros de la raza braco de Weimar. 

Sus amigos alucinaban con cada entrega de Óscar y el protagonista disfrutaba disfrazándose. Cada mensaje que recibía en Facebook, Instagram o WhatsApp era un motivo más para añadir una nueva imagen en la colección. «La risa te ayuda a desconectar. Me dí cuenta de que ayudaba a mis amigos en estos momentos de confinamiento así que siempre que podía hacía una nueva imagen», cuenta Óscar Olivé. 

Se le han quedado varias ideas en la cabeza. Pero ahora, en Fase 2 de la desescalada y con mayor movimiento la iniciativa no es tan necesaria. Aunque no descarta reservar alguna para los próximos días. Nunca es tarde para disfrazarse y reir a carcajadas.

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