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Un disparo, una detonación y un susto de muerte. La mezcla de sensaciones pasaron por la cabeza de un cabo de los Mossos d'Esquadra este martes a última hora de la tarde cuando un individuo, de aspecto joven, sacó una arma corta y apretó el gatillo. Lo hizo en la calle Joan Miró, cerca de la plaza Corts Catalanes y no muy lejos de la comisaría de la Guàrdia Urbana de Tarragona y del cuartel de la Guardia Civil.
La pistola era de fogueo y por tanto, la detonación no estaba acompañada de proyectil, pero la sensación de tener el cañón cerca de la cabeza dejó blanco al agente, que estaba de servicio. Así lo adelantó ayer la SER y los demás medios se han echo eco de la noticia tras preguntar oficialmente a la Policía Autonómica.
Antes del disparo de la pistola de fogueo y la huida del autor en un coche junto a más personas, el agente entró en un local de la plaza vestido de paisano y allí por motivos que no se han desvelado fue identificado por un cliente que le abroncó. La cosa, al parecer no fue a más, y la discusión se cerró con la salida del joven del local y el agente todavía en su interior.
A la salida del cabo, una multitud entre 15 y 20 personas, según fuentes policiales, se encararon al agente que ante la situación de indefensión y desproporción sacó la placa y se identificó.
Fue entonces cuando el que llevaba la pistola apuntó y disparó con el arma de fogueo. El ruido sirvió para que la pelea se disolviera. Unos se marcharon a pie, otros en el coche.
Los refuerzos policiales no tardaron en llegar. El autor, cuya descripción facilitó el mosso de paisano, está en busca y captura. La investigación está abierta.
