Dos tarraconenses, voluntarios en Campos de Trabajo en Ceuta

Dos jóvenes de la archidiócesis de Tarragona colaborarán en estas iniciativas con inmigrantes que cada verano organizan los Misioneros Javerianos España

30 junio 2018 11:19 | Actualizado a 11 octubre 2018 12:17
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Ayer fueron unos, y esta vez un par de jóvenes de la archidiócesis de Tarragona, se disponen a vivir la estimulante experiencia en los Campos de Trabajo con Inmigrantes en Ceuta, que cada verano organizan los Misioneros Javerianos España.

Ellos son, Marta Gascón, de hace algunos años monitora del Esplai Fem-nos Amics, vinculado a la parroquia de Sant Joan Baptista de Reus, y Adrià Fernández, seminarista y colaborador de la misma parroquia desde septiembre pasado, y vivirán por espacio de dos semanas, este mes de julio, el descubrimiento de la riqueza de la multiculturalidad, inmersa en las relaciones fraternas, superando barreras culturales, religiosas y étnicas.

Cada verano surgen múltiples posibilidades para jóvenes sensibilizados en la cooperación y solidaridad, como cursos formativos, viajes cooperativos, labores sociales que se pueden asumir. Pero de toda esta oferta «vacacional», Marta y Adrià han optado por la oferta que les ha brindado el Campo de Trabajo con inmigrantes en Ceuta. 

Y acudirán allí «para vivir la fraternidad y forjar nuestra formación pastoral y humana», afirman ambos.

El Campo de Trabajo con Inmigrantes, que organizan los Misioneros Javerianos, está pensado para personas que desean de encontrarse con el otro, el prójimo en definitiva, de otras culturas, lengua y religión, que estén motivados por la fe con ansias de progresar en la misma, para aproximarse a estas realidades de misión, desde un espíritu cristiano.

El objetivo del Campo de Trabajo «es vivir la fraternidad con los que son nuestros hermanos inmigrantes y abrir el corazón a otras realidades, progresando y formándonos como grupo de fe», subrayan Adrià y Marta.

Como valor añadido, desean abrazar en sus vidas, como Jesús, la fragilidad y vulnerabilidad del inmigrante, que sufre la indiferencia del distanciamiento en nuestros corazones. Asimismo, es la ocasión de acercarse a las otras religiones que conviven en Ceuta, «para tender puentes y estrechar lazos de amistad», manifiestan Marta y Adrià.

Ante la pregunta de cómo focalizan su estancia en Ceuta, los dos voluntarios afirman que «vamos a darnos íntegramente, cumpliendo aquello que nos encomienden, de la mejor manera posible, siendo conscientes de nuestras limitaciones y de la difícil situación en que se encuentran los inmigrantes; pero ante todo, muy esperanzados en experimentar un cambio que nos permita adquirir plena conciencia de las otras realidades».

El deseo de los dos jóvenes es que este viaje les ayude a ver la misión de la Iglesia desde otro lugar, a ampliar horizontes y a conocer «otras realidades que pueden enriquecernos a nosotros, ahora y aquí».

Son unos días para dedicarse al servicio y a la reflexión. Por las mañanas se organizan actividades con los jóvenes inmigrantes en el Centro San Antonio (Centro para inmigrantes de la Iglesia en Ceuta) y también en el CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes).

Se trabaja por las mañanas compartiendo clases de alfabetización funcional, realizando talleres de manualidades, informática y organizando juegos y dinámicas. Por las tardes hay intercambio de opiniones entre ellos y se reflexiona sobre las respectivas vidas, en la relación con los demás, confrontándose con la palabra de Dios.

Un fin de semana está dedicado a convivir con los Franciscanos de la Parroquia Nuestra Señora de las Virtudes de Tetuán, en Marruecos, para ver y conocer lo que hace la Iglesia en un país musulmán. 

Comentarios
Multimedia Diari