Dosis mediterránea para el corazón

Hábitos. Un estudio de la URV demuestra que esta dieta reduce las enfermedades cardiovasculares

30 enero 2019 11:21 | Actualizado a 30 enero 2019 11:26
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Desde hace años oímos que la dieta mediterránea es una fuente de beneficios para nuestro cuerpo basada en alimentos como frutas, verduras, legumbres, cereales, aceite de oliva como vía de grasa, pescado y, en cantidades más moderadas, las carnes de aves, los huevos y los lácteos.

Pero ¿cuáles son sus efectos en nuestro organismo a largo plazo? ¿Aporta más beneficios si se acompaña de ejercicio físico?

La Universitat Rovira i Virgili (URV) participa en el estudio Predimed Plus, que se hace en toda España, para dar respuesta a estas cuestiones. Si el primer trabajo Predimed –iniciado hace siete años– demostró que seguir la dieta mediterránea reducía en un 30% el riesgo de sufrir enfermedad cardiovascular respecto a los que seguían una dieta baja en grasas, ahora el Predimed Plus da un paso más allá. 

El estudio cuenta con 6.800 voluntarios de todo el Estado, 460 de los cuales del área de Tarragona y Reus. Son hombres y mujeres de entre 55 y 70 años que en el momento de ser reclutados padecían sobrepeso y obesidad, con factores de riesgo como la presión y la glucosa alta, niveles de colesterol bueno y triglicéridos alterados.

Los investigadores quieren demostrar que la pérdida de peso debido a la dieta mediterránea hipocalórica sumada el ejercicio físico reduce la probabilidad de padecer enfermedades del corazón y otras dolencias crónicas.

Hablamos con Jordi Salas-Salvadó, cordinador del estudio e investigador de la URV, quien nos explica que «el primer estudio ya demostró que la dieta mediterránea es más beneficiosa para nuestro organismo, si se sufre una enfermedad cardiovascular, que una dieta baja en grasas. Ahora queremos ver si con ejercicio también se reduce todavía más el riesgo a largo plazo».

Pérdida de peso mantenida

Por el momento, el estudio piloto ha demostrado que los primeros 600 voluntarios estudiados habían perdido de promedio cuatro kilos. Los resultados reflejan que la intervención sobre el estilo de vida es eficaz para una pérdida de peso clínicamente significativa y su mantenimiento posterior, al menos durante dos años. 

Aparte de adelgazar se han observado mejoras en el control del metabolismo respecto al grupo de pacientes que no siguen esta dieta. En los pacientes con diabetes o con riesgo de padecerla, los beneficios han sido superiores en cuanto al control de la glucosa.

Con estos resultados, los investigadores esperan que la pérdida de peso mantenida a largo plazo actúe como preventivo del infarto de miocardio, embolia cerebral o mortalidad fruto de enfermedad cardiovascular, entre otros.

«Nos encontramos al final del segundo año de la fase de trabajo con los voluntarios. Cuando lleguemos al sexto año pararemos y veremos las diferencias entre los diferentes grupos, los que siguen la dieta y los que además de seguirla hacen ejercicio», apunta Salas-Salvadó.

Los voluntarios y voluntarias son una parte esencial en el estudio. Participan en el seguimiento que se les hace tanto en la Universidad y en los hospitales como en los centros de primaria del Institut Català de la Salut. Aparte de hacer una dieta y un ejercicio controlado, tienen un seguimiento tres veces cada mes.

Araceli Arasa tiene 71 años y sigue la dieta como voluntaria del proyecto desde hace cuatro años: de 84 kilos ha pasado a 76. «Cuatro días de gimnasia a la semana, caminar y seguir la dieta mediterránea» es lo que ha hecho estos años, y lo practica de manera bastante estricta. «Tenía el colesterol y las transaminasas altas y todo me ha mejorado. Sé que soy mayor pero quiero tener salud y no dar trabajo», explica. Dice que no es complicado sino que «todo pasa por mentalizarse».

Lo mismo ha hecho José Luis Valdivieso. Él ha perdido 20 kilos y ha pasado de tener una vida sedentaria, fumar mucho y no cuidar la alimentación, a ir al gimnasio, caminar cada día y seguir una dieta hipocalórica. Y el tabaco, apartado del todo. Ser voluntario del programa le ha cambiado la vida e incluso tiene más ganas de hacer cosas, pues afirma: «Me siento mucho mejor».

Un estudio pionero

Predimed Plus se hace de manera coordinada en 23 centros de investigación de España bajo la batuta de la Unidad de Nutrición Humana liderada por el ya mencionado Jordi Salas-Salvadó, jefe de esta unidad de la URV e investigador del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (IISPV) y el CIBERobn. Según Salas-Salvadó, «no se ha certificado del todo que un buen estilo de vida prevenga estas enfermedades. Creemos que sí y por ello queremos demostrarlo». 

La investigación recibe financiación del Instituto Carlos III a través del Fondo de Investigación para la Salud, que está cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional.

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