Duros controles en Tarragona para evitar la peste porcina

La Generalitat ha realizado ya 3.000 análisis en la demarcación para verificar que los animales están sanos. La cabaña suma 564.609 cerdos en la provincia, el 7,30% de los de Catalunya

02 marzo 2019 07:46 | Actualizado a 04 marzo 2019 20:07
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En máxima alerta. Así se encuentran el sector del porcino, la administración y los cazadores ante la aparición de varios brotes de peste porcina en Bélgica. Aunque aún no se haya declarado ni un solo caso en Catalunya, la Generalitat ha desarrollado ya una serie de exhaustivos controles. El objetivo es evitar la propagación de una enfermedad que no afecta al ser humano (ni aunque consuma carne contaminada) pero que es letal para los cerdos. Un animal infectado muere sin remedio. 

La enfermedad entró en la Europa del Este a finales de 2014 y saltó a principios de año a Bélgica. Los países afectados en la Unión Europea son Lituania, Letonia, Estonia, Polonia, Rumanía, la República Checa, Hungría y Bulgaria, aparte de la isla de Cerdeña (Italia), donde la peste porcina africana es endémica desde 1978. El virus se propagó de Rusia a Ucrania y Bielorrusia y de allí, a la Europa del Este.

El temor es tal que Dinamarca ha construido una valla de 70 kilómetros de largo, 1,5 metros de ancho y 50 centímetros de profundidad en su frontera con Alemania. Quiere evitar a toda costa que entren jabalíes en su territorio. El jabalí es el principal transmisor de la enfermedad porque se mueve libremente al no tener depredador alguno. 

Francia ha creado un «cordón sanitario» en la zona limítrofe con Bélgica. En lo que se ha bautizado como «zona blanca», los cazadores, subvencionados por el Gobierno de Macron, han emprendido una caza masiva de jabalíes. 

Una medida similar es la que reclama el presidente de la Federació Territorial de Caça de Tarragona. «No sabemos si la peste porcina llegará por un animal enfermo o por una persona que ha viajado a un país contaminado y que transmite la enfermedad al volver, pero llegará», advierte Joaquim Vidal, que rechaza ser calificado de «alarmista». 

Según el Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca i Alimentació (DARP), los cazadores «juegan un papel fundamental para una detección rápida de la enfermedad en jabalíes, al tiempo que deben respetar unas estrictas medidas de bioseguridad, sobre todo en el caso de detectar jabalíes sospechosos o muertos en el medio». 

Se amenazó a nueve granjas con clausurarlas si no cumplían las medidas de bioseguridad

«Prolongan los días de caza, nos hacen responsables, pero los cazadores no tenemos ninguna ayuda económica» para ‘controlar’ la proliferación de jabalíes, lamenta Vidal, que asegura que los cazadores franceses reciben 100 euros por cada jabalí abatido.

El director de la Associació catalana de productors de porcí (Porcat), Ricard Parés, asegura que «estamos aplicando las máximas medidas de seguridad y prevención. Es nuestra apuesta máxima. Con estas medidas esperamos que la peste porcina no llegue a Catalunya». Parés cree que la Administración actúa correctamente y reclama sobre todo que los controles sean muy estrictos, es decir, que no se haga la vista gorda. 

Si finalmente se detectase algún brote de peste porcina, el varapalo económico para el sector porcino sería muy duro. Los mercados exteriores quedarían cerrados.  Catalunya exporta prácticamente la mitad de su producción porcina. El principal cliente de Catalunya es Francia, seguida de China e Italia en cuanto a toneladas de carne porcina (ver gráfico). 

Catalunya cuenta con una cabaña porcina de 7.731.139 ejemplares. El 54,35% está en Lleida (4.202.201); el 22,22% en las comarcas de Barcelona (2.027.134), el 12,12% en Girona (937.195) y el restante 7,31% en Tarragona (564.609). Son datos del DARP, correspondientes a junio de 2018, los más actuales disponibles. 

La directora general de Agricultura i Ramaderia, Elisenda Guillaumes, explica que se han realizado casi 38.000 controles, de los cuales 3.100 corresponden a las granjas del Camp de Tarragona y las Terres de l’Ebre. 

Vallas, ropa, sistemas de cierre...
Inspectores del Departament vigilan que las granjas porcinas cuenten con una valla perimetral en perfecto estado y con sistemas de limpieza y desinfección de los vehículos que salen o acceden a las granjas. También que las ventanas y aperturas tengan un sistema de protección adecuado. Y que los trabajadores o ‘visitantes’ cumplan los requisitos de vestuario y calzado para evitar que se conviertan en elementos transmisores del virus. 

Según Guillaumes, se ha acabado la manga ancha y a toda aquella granja que no cumple los requisitos se le abre un «expediente de suspensión». En otras palabras, se las amenaza con cerrarlas si no han solventado las deficiencias en un plazo de 30 días. Hasta el momento se han incoado 54 expedientes en Catalunya, 9 de ellos en Tarragona. Se han cerrado 7 granjas, ninguna en nuestra demarcación.

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