El 1,5% cultural, la única opción para desencallar la recuperación de Ca l’Agapito

El futuro de Ca l’Agapito es incierto tras perder los fondos de la Generalitat. Ahora la administración local llama la puerta de Madrid

09 diciembre 2017 15:34 | Actualizado a 10 diciembre 2017 11:30
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Tras dejar pasar la subvención de la Generalitat para impulsar la recuperación de Ca l’Agapito, el Ayuntamiento no se ha pronunciado aún sobre qué va a hacer en el antiguo beaterio de Sant Domènech, ubicado en la Plaça Pallol. 

Preguntado sobre al respecto pone en valor que se hicieron las excavaciones arqueológicas pertinentes, la consolidación del inmueble y el proyecto ejecutivo. Un conjunto de intervenciones en las que se ha invertido medio millón de euros y que «pueden ser aprovechados en ulteriores actuaciones». En este sentido, el Consistorio apunta que ha solicitado la ayuda del Gobierno de Madrid a través del programa del 1,5% cultural, que financia el Ministerio de Fomento y permitiría obtener hasta el 75% de los fondos.

El estudio de Rubí Basterrechea-Tejada Arquitectes fue el seleccionado en verano de 2010 entre los proyectos que se presentaron. Diseñó un inmueble que debía servir como espacio de bienvenida al núcleo histórico, con finalidades culturales y un centro cívico. 

Respetaban los restos de los distintos periodos constructivos. Además, se buscó que fuera respetuoso con el medio ambiente, contemplaba la captación de aguas pluviales y estaba pensado para que se autoabasteciera con placas solares.

La recuperación de los 2.000 metros cuadrados de esto inmueble, distribuidos en una planta baja más cuatro pisos, suponían una inversión de 4,9 millones de euros, lo que prácticamente representaba la mitad del proyecto de la Llei de Barris. Esto ya generó dudas desde el primer momento. «La Part Alta tenía muchas otras necesidades más allá de este espacio, y al final no tenemos ni idea de lo que se han gastado allí o si tienen previsto hacer algo. Hasta que un día se caerá y otra cosa perdida», argumenta el presidente de la Associació de Veïns de la Part Alta, Manel Rovira

Sin equipamientos públicos

El representante vecinal lamenta que el PIPA no se haya acabado de desplegar. «Se hicieron cosas y la gente pudo aprovechar las subvenciones para poner ascensores o arreglar las fachadas», apunta. No obstante, lamenta que no haya servido para un lavado de cara al barrio más intenso ni ha dejado ningún espacio de equipamientos para los vecinos. «No tenemos nada ni para la gente mayor ni como centro cívico», dice Rovira. En uno de los locales junto al párking de Jaume I hay un espacio en el que se hacen cursos de formación, es el único en la zona fortificada abierto a la ciudadanía.

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