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El 20% de los vehículos controlados hoy por la Guàrdia Urbana de Tarragona superaban los 30 kilómetros por hora (km/h). Según informa el Ayuntamiento, de los 560 vehículos controlados en la primera jornada con la nueva limitación de velocidad en vigor, 111 sobrepasaban este tope de 30 km/h, si bien sólo once circulaban a una velocidad superior a los 40 km/h.
Además, la Guàrdia Urbana también pilló durante la jornada 40 usuarios de bicicletas y patinetes que circulaban por la acera en lugar de hacerlo por la calzada, tal como establece la 'Ordenança de Convivència i Ús dels Espais Públics. El consistorio apunta que, salvo que se produzcan casos flagrantes, durante los primeros días los agentes no imponen sanciones y potencian la labor informativa.
"Durante los primeros días los agentes de la Guàrdia Urbana no pondrán ninguna sanción, excepto si se produce una vulneración flagrante, como por ejemplo ir a 70 en un tramo de 30 km / hora", remarca el conseller de Mobilitat, Xavier Puig, el que tildó de "positivo" el balance de la primera jornada.
"Es una campaña pedagógica, no punitiva porque el objetivo es una adaptación eficaz a la normativa, no recaudar. El éxito será conseguir una ciudad más segura y amable para todos", añade.
El consistorio aprovechará la entrada en vigor de la nueva regulación para monitorizar con radares móviles las velocidades de los coches de determinadas calles durante 24 horas con el objetivo de extraer un balance estadístico diario.
La modificación de la ordenanza de convivencia ha reducido el límite de velocidad a 30 km/h en la mayoría de calles, la actualización de las disposiciones sobre la circulación de bicicletas, la introducción de una regulación para los vehículos de movilidad personal ( VMP) y la revisión de las obligaciones del resto de conductores respecto de las bicicletas y VMP, entre otros.
La nueva regulación quiere incrementar el seguridad, potenciar los desplazamientos a pie y la comodidad de los peatones, e incrementar el uso de la bicicleta y el patinete, que deberán circular por los carriles habilitados o por la calzada.
"De coches hay que seguir habiendo y su uso muchas veces es imprescindible. Pero una ciudad excesivamente organizada alrededor del coche es sinónimo de colapso", apunta el máximo responsable de Mobilitat del Ayuntamiento de Tarragona.
