El Ayuntamiento apuesta por sustituir el asfaltado de la Rambla por baldosas

La actuación se engloba en un proyecto que el gobierno municipal tiene para la arteria más importante de la ciudad y se llevaría a cabo antes de acabar la actual legislatura

15 julio 2020 18:30 | Actualizado a 16 julio 2020 07:33
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En setiembre de 2007, se iniciaban las obras de remodelación del pavimento de la Rambla Nova entre el Monument als Herois de 1811 hasta el cruce con la calle Sant Agustí. Las resquebrajadas y resbaladizas baldosas daban paso a un asfalto reforzado para que un tramo de la vía vertebral de la ciudad albergara, provisionalmente, un mercadillo que, por tradición, se ubicaba en la Plaça Corsini y que se trasladaba a la Rambla Nova por las obras en el Mercat Central. La demora en la finalización de los trabajos de remodelación del Mercat supuso que el carácter provisional del pavimento asfaltado se perdiera tras más de doce años.

Una vez finalizadas las obras en Corsini y la vuelta del mercadillo a la plaza, se debe decidir qué hacer con el pavimento de la Rambla Nova. El actual gobierno municipal tiene claro cuál es la actuación que se quiere llevar a cabo: la uniformización de la Rambla. Por eso, el concejal de Territori, Xavi Puig (ERC), ha asegurado que en el tramo donde actualmente se encuentra el asfalto se instalarán las baldosas presentes a lo largo de la Rambla Nova que emulan la senyera y las olas de Tarragona.

Estética equilibrada y coherente

Estas nuevas serán reforzadas para poder soportar el paso y el peso de camiones para cuando se tenga que instalar algún tipo de feria o mercadillo como, por ejemplo, el de Navidad o el de los viernes.

Y es que esta era una de las principales exigencias de la Associació de Veïns Tarragona Centre. Mediante su presidenta, Núria Sabat, pedían «no volver a las baldosas que se rompen cada vez que hay una feria o que pasan vehículos». Por lo que respeta a la estética, la entidad vecinal cree que «estaría bien buscar un pavimento continuo que sea amable a la vista y no tan duro como el asfalto y, sobre todo, que no tenga un gasto de mantenimiento muy elevado», ya que, con el que hay ahora «se ha ahorrado mucho», dice la presidenta. La idea del gobierno municipal gusta a la entidad vecinal, ya que también «solucionaría las salpicaduras de agua y los resbalones» que algunos ciudadanos sufrían cuando llovía, según Sabat.

Por lo que se refiere a la estética, tanto el Consistorio como la Associació de Veïns Tarragona Centre, piensan en la misma dirección. Xavi Puig destaca que la idea del gobierno municipal es que la Rambla Nova tenga «una estética equilibrada y coherente», un hecho que según el concejal de Territori no existe hoy día, ya que «hay una mezcla dispersa e inconexa». Con eso hace referencia a los tipos de pavimento que se pueden ver en los diferentes tramos de la Rambla Nova e incluso en un mismo tramo. Se puede apreciar el asfaltado, pero a la vez resisten, bajo los bancos, las antiguas baldosas ya muy deterioradas.

Para el proceso de uniformización de la Rambla Nova, Xavi Puig ve «imprescindible» que se cuente con el mismo pavimento a lo largo y ancho de la vía. Pero hay más.

El Projecte Rambla para 2023

La sustitución de las baldosas es una de las actuaciones más destacables dentro del denominado Projecte Rambla. Según Xavi Puig, este proyecto trata de un seguido de acciones que se pretenden realizar en la Rambla Nova para «recuperar el centro de la ciudad y hacerla más amable para el ciudadano». «El proyecto cuenta con objetivos a corto plazo, como los bolardos sustituidos recientemente, y otros a largo plazo, como la remodelación del pavimento», explica Puig. El gobierno municipal se pone el 2023 como fecha de finalización del proyecto, coincidiendo así con el fin de la legislatura.

Otra de las actuaciones más ambiciosas del consistorio es reconvertir el último tramo de la Rambla Nova con el Balcó. La idea es que esa zona sea una especie de plaza una vez se elimine el paso de peatones. Esta remodelación afectará al tránsito por ese tramo, pero Puig asegura que se encontrará alguna «alternativa» para los vehículos, y añade que «la mejora del centro de la ciudad no puede depender del paso de los coches».

Sin consulta pero con debate

Desmarcándose de la postura del anterior gobierno de Ballesteros, Xavi Puig se niega a celebrar un referéndum para decidir el futuro del pavimento. El concejal de Territori cree que «nuestra propuesta es la más acorde para mejorar la estética de la Rambla y la más económica» y que, por eso, no ve conveniente consultarlo, ya que otra opción podría suponer un gasto económico superior «en tiempos de crisis». Pese a que se ponen como fecha límite el 2023, Xavi Puig no descarta que las baldosas se instalen «a finales del año que viene o en el 2022».

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