El Ayuntamiento de Tarragona aceptaría una Budellera ‘de mínimos’

Los promotores de esta macrourbanización cierran la puerta a reducir las dimensiones
que contempla el plan general y prevén presentar el nuevo proyecto en un par de meses

12 abril 2020 07:20 | Actualizado a 12 abril 2020 07:59
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El Ayuntamiento de Tarragona y los miembros de la Junta de Compensació de Propietaris del plan parcial 24 (que afecta a los terrenos de La Budellera) siguen con posturas muy alejadas respecto a este proyecto. El equipo de gobierno quiere preservar el entorno natural, en el que está previsto construirse esta nueva macrourbanización, mientras que los promotores defienden que el POUM les garantiza el derecho a seguir adelante con esta iniciativa.

Según ha podido saber el Diari, hace unos meses hubo una primera reunión entre ambas partes para hablar sobre el respecto. El encuentro se produjo después de que los técnicos municipales determinaron que el último proyecto seguía presentando un conjunto de déficits de carácter técnico y, por tanto, se paralizó de nuevo su aprobación inicial. «Como Gobierno estamos abiertos a reunirnos con quien haga falta», dice el concejal de Territori, Xavier Puig, quien asegura que «la actitud es la de hablar para encontrar soluciones razonables, siempre bajo la premisa del urbanismo sostenible».

«No es lo mismo la Budellera de la autovía a Boscos que de la autovía al Nàstic», asegura Xavier Puig, concejal de Territori

Una de las posibilidades que ve con buenos ojos el Ayuntamiento es la de una Budellera de «mínimos» que tan solo afecte a los terrenos desde la ITV al vial de acceso a la autovía. Es un espacio que en un determinado momento se cedió al Nàstic, para que los aficionados pudieran aparcar en los días de más afluencia, a la espera de que se urbanizaran. Corresponde aproximadamente a una cuarta parte de la superficie total que suma este plan parcial, que es de 1.326.450 metros cuadrados.

En cuanto a la cifra de viviendas que podrían construirse, tan solo puede hacerse una estimación, ya que debería recalcularse teniendo en cuenta el espacio para equipamientos y las zonas verdes. No obstante, las primeras estimaciones hablan de entre 700 y 800 viviendas, cuando La Budellera prevé unas 4.400, de las cuales 900 son de protección pública.

800 viviendas podrían construirse en este sector entre la ITV y el enlace de la autovía

Con esta propuesta, el equipo de gobierno, formado por Esquerra Republicana y En Comú Podem, quiere preservar el carácter natural de toda la zona hasta Cala Romana y Boscos, que bajo su punto de vista es «intocable». «No es lo mismo la Budellera de la autovía a Boscos, que de la autovía al Nàstic», argumenta el responsable del Àrea de Territori.

El límite

La administración local acepta la urbanización de estos terrenos como nuevo límite de la ciudad, ya que cuando se acabe la última promoción de la Vall de l’Arrabassada y el PMU-34, el crecimiento hacia Llevant habría finalizado. «Defendemos con determinación y firmeza que no queremos La Budellera y lo que decimos es que pueden diluirse las incertidumbres y tener certezas, rechazando a los máximos», defiende el edil republicano.

«La Budellera nace en el plan general para unir Tarragona con los barrios de Llevant», apunta José Luis García de la Junta de Compensació de propietaris

Sin embargo, los promotores no están dispuestos a escuchar alternativas que diluyan las expectativas que desde hace tantos años están dibujando encima de los planos. «Esto no es La Budellera», indica el presidente de la Junta de Compensació de Propietaris, José Luis García. Defiende que en la ficha técnica del plan general, aprobado en el año 2013, se recogió el plan parcial 24 como un nuevo sector que «debe enlazar Tarragona con los barrios de Llevant». Asimismo, este constructor asegura que el desarrollo de esta urbanización es un crecimiento que «en mi opinión se necesita, ya que tan solo de esta forma se garantizará que en esta parte de la ciudad también haya los equipamientos, los autobuses y escuelas que hacen falta».

Por otro lado, los propietarios de los terrenos alegan que el proyecto de La Budellera incluye una serie de actuaciones, como una subestación eléctrica o un depósito de agua para el área de Llevant, que «son necesarias» y que si el proyecto no sigue adelante en su totalidad se quedarían en el cajón.

¿En tres polígonos?

Los impulsores de esta polémica urbanización siguen adelante con la redacción de la nueva versión del proyecto, que ya será la cuarta. En esta deberán incluirse las prescripciones de los técnicos municipales y las que en su momento hizo la Comissió Territorial d’Urbanisme del Camp de Tarragona. En concreto, lo que se está estudiando es cómo puede desarrollarse el proyecto por polígonos, en lugar de fases, que es uno de los aspectos que exigió la Generalitat en su momento.

El estado de alarma ha paralizado prácticamente la actividad en la mayoría de sectores. Cuándo y cómo podrá recuperarse una cierta normalidad es ahora mismo una incertidumbre. Pese a ello, García calcula que «en un par de meses» los propietarios podrán entregar al Ayuntamiento el nuevo proyecto, que en esta ocasión sí que será por polígonos. Y esto supone que cada una de las unidades en las que se divida el plan parcial va de forma independiente y hasta que no se finalice un polígono, no podrá activarse el siguiente.

La propuesta que se está estudiando en estos momentos habla de que el plan parcial 24 se divida en tres polígonos. Y, de hecho, el primero comprendería los terrenos entre la ITV y el vial de acceso a la autovía.

Sin una mayoría

La Budellera constituye una auténtica piedra en el zapato para el actual equipo de gobierno de la ciudad. El pasado mes de octubre se celebró un pleno monográfico a través del cual el Ayuntamiento quería denegar este proyecto, escudándose en los déficits técnicos. El Ejecutivo tan solo contó con los votos favorables de la CUP y, por tanto, no conseguía la mayoría suficiente.

Si finalmente el nuevo proyecto contempla los polígonos y se ajusta a las observaciones que hicieron los técnicos, el equipo de gobierno no podrá evitar su aprobación inicial en el pleno. Después deberá ser la Comissió Territorial d’Urbanisme la que se pronuncie. Aunque este organismo ya tumbó este plan en enero de 2017, cuando ya tenía luz verde por parte del anterior Ejecutivo municipal y tan solo faltaba su aprobación definitiva.

Por otro lado, no hay que olvidar que los 150 propietarios presentaron un recurso contencioso administrativo contra la Generalitat.

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