La restauración del Teatre Romà de Tarragona, polémicas al margen del proyecto de recuperación de este monumento declarado Patrimonio de la Humanidad en 2000, debe ser un pretexto para revitalizar un espacio urbanode la ciudad que lleva demasiados años paralizado.
Partiendo de esta premisa, el Ayuntamiento –con permanente contacto con Cultura y Patrimoni de la Generalitat– ha planteado el aprovechamiento del edificio que albergue el centro de interpretación de este monumento. Esta antesala a los restos romanos propiamente deben transmitir una comprensión y la información del Teatre y el porqué de la recreación parcial de las gradas que contempla el proyecto ganador, valorado en unos 700.000 euros su ejecución.