El Ayuntamiento reconoce que la Biblioteca de Torreforta no está en condiciones

Hacia las siete de la tarde todavía la sala de adultos de la Biblioteca de Torreforta está rebosar de usuarios, especialmente jóvenes. Y eso, nos explican, que el momento más crítico, ya ha pasado. La prueba, nos dicen, es que hay un ordenador libre, algo casi imposible más temprano. Lo habitual es tener que esperar para un turno de media hora.

La biblioteca, ubicada dentro del centro cívico, cumple en julio 30 años de su inauguración y el espacio a todas luces se ha quedado pequeño para albergar a los usuarios y el material.

El traslado a un nuevo local, muy cerca, en un espacio sin uso del Mercat de Torreforta, fue aprobado por el Pleno Municipal en 2015 y todavía no se ha concretado.

Pero más allá de la falta de espacio, las últimas lluvias han causado desperfectos que evidencian que la salud del edificio actual no es la mejor. Durante el temporal el agua se filtró por las ventanas de la zona infantil y hubo que tirar al menos 200 libros. Todavía hay que evaluar los daños, porque las malas condiciones han hecho que otros ejemplares se llenen de moho.

Todo pese a los esfuerzos de las trabajadoras por hacer que el local luzca digno. Las ventanas en cuestión están, de momento tapadas con bolsas de plástico y una pared con una gran grieta permanece tapada con un mural de papel.

Recorrido burocrático

Consultados al respecto, desde le equipo de gobierno del Ayuntamiento de Tarragona, explican que las goteras se arreglarán en las próximas semanas.

En lo que se refiere al traslado, señalan que la situación actual es que «se está tramitando la licitación del proyecto para su construcción. Pese a la voluntad política de solucionar la situación lo más rápido posible y dotar a Torreforta de un servicio que hace demasiados años que espera, los trámites administrativos y jurídicos van mucho más despacio de lo que querríamos».

Así pues, de momento no hay fecha aproximada para el traslado. Lo último que se hizo en el nuevo local, vacío desde la remodelación del mercado fue limpiarlo, y de eso hacen ya dos años. «Hasta que no se adjudique el proyecto, no se pueden empezar las obras. Es decir, se tienen que seguir todos los trámites administrativos, como es lógico. Procuraremos, como hemos hecho hasta ahora, que esta situación se acelere el máximo», aclaran.

Toda la actividad de la biblioteca se trasladará al local del mercado, porque tal como reconoce el Ayuntamiento «el lugar actual no reúne las condiciones ni de espacio ni técnicas ni de calidad que se merecen las tarraconenses y los tarraconenses. Pero la nueva ubicación, permitirá que la biblioteca pueda considerarse del siglo XXI. Las trabajadoras de la biblioteca hace muchos años que reivindican un trato profesional y adecuado a las necesidades actuales».

Cuando se anunció el traslado, el gobierno anterior anunció que el presupuesto para las obras sería de 400.000 euros.

No obstante, preguntados sobre cuál es el presupuesto para el Pla de Biblioteques (dentro del cual está incluido el traslado de la de Torreforta) explican que han incrementado la dotación hasta 164.000 euros, más 50.000 euros iniciales en inversión, «ampliables o modificables en función de las necesidades que vayan surgiendo. Somos conscientes que siempre será poco, dado que el trabajo es ingente, pero el compromiso de este gobierno es dotar, con las cantidades que hagan falta, cualquier trabajo que se tenga que hacer en este ámbito. Haremos uso de los recursos económicos que hagan falta para hacer frente».

Los usuarios, cansados

Las últimas lluvias y la cercanía de los 30 años de la biblioteca, que da servicio a todos los barrios de Ponent, ha venido a colmar la paciencia de los usuarios más fieles. Es el caso de Manuel Martin Bravo y Modesto Pallejà, que han comenzado a hacer un llamamiento para conseguir hacer un frente común entre los vecinos para presionar por el traslado y la dignificación definitivos de la biblioteca. Este jueves, de hecho, harán una reunión abierta en el propio equipamiento para comenzar a organizarse.

Creen que, sin presión, cuesta mucho conseguir que les hagan caso y ponen un ejemplo: Hace unas semanas una trabajadora sufrió una agresión en su puesto de trabajo y, hasta que la biblioteca no permaneció unos días cerrada, no contrataron un vigilante.

Recuerdan, además, que la biblioteca es mucho más que un sitio donde leer y pedir libros en préstamo, es un punto de encuentro del barrio. De hecho basta con ver la programación para darse cuenta como cada día pasan por ella alumnos de todos los centros educativos de Ponent,

La sensación de abandono, explican, es constante. El deterioro comienza incluso antes de entrar. La plaza del frente, donde están jugando una veintena de niños, está llena de grietas y ladrillos faltantes. De la propia entrada del centro cívico, donde se encuentra la biblioteca, cayeron cascotes en marzo del año pasado y todavía está sin reparar.

El alcalde Pau Ricomà, concejal de cultura, asegura que dar respuesta a esta situación es una prioridad. «Somos conscientes de la realidad que tenemos consecuencia del nulo o muy poco trabajo que se ha hecho en este ámbito en Tarragona».