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El Bany de Sant Silvestre recuperó su localización habitual, la parte más cercana al Port de la Platja del Miracle. El año pasado, el lugar estaba en obras y el acto tuvo que trasladarse al principio de la playa, a la altura de la plataforma. La Associació de Veïns del Barri del Port lleva 35 años organizando el baño. Su presidenta, Carmen Puig, aseguraba el pasado martes que «estamos de enhorabuena. Este año, con los trabajos de mejora del Passeig del Miracle, tenemos una rampa de acceso, lo que facilita la participación en el acto de las personas con movilidad reducida».
A pesar de que el agua estaba muy fría, participaron cerca de 2.000 personas. El alcalde de la ciudad, Pau Ricomà, y el presidente del Port, Josep Maria Cruset, fueron los encargados de dar el pistoletazo de salida al acto. Al terminar, los organizadores entregaron a los asistentes un obsequio –una camiseta amarilla–, además de un caldo caliente, una copa de cava y barquitos.
Antonio lleva más de veinte años participando en el Bany de Sant Silvestre. «No me lo pierdo ningún año. Hice una promesa hace mucho tiempo y, de momento, funciona bien», aseguraba el pasado martes Antonio, minutos antes de tirarse al agua. Él, al igual que otros bañistas, acude a la cita disfrazado. Este año recurrió a un clásico: barba blanca y gorro de Papá Noel.
El Home dels Nassos, en coche
«¿Papá, por qué el Home dels Nassos solamente tiene una nariz?», le preguntaba una niña a su padre, mientras el protagonista de la mañana se paseaba por el Pla de la Seu. A lo que el padre contestaba: «Porque tiene tantas narices como días al año. Y hoy solo queda uno». Así es el Home dels Nassos, un cabezón que el pasado martes, como cada 31 de diciembre, desfiló por las principales calles de la ciudad. Este año, como novedad, lo hizo en coche, a diferencia de otras ediciones, cuando el personaje iba en carro.
El Home dels Nassos entró en la Plaça de la Font acompañado de dos grupos de músicos con instrumentos tradicionales. El alcalde Ricomà lo recibió en la puerta del Ayuntamiento y juntos subieron hasta el balcón. Fue entonces cuando mayores y pequeños le cantaron su canción. El Home dels Nassos repartió confeti y caramelos.
Por la noche, la fiesta se concentró en la Plaça Corsini, donde se dio la bienvenida al nuevo año. Los encargados de dar la campanadas fueron el músico de Els Pets, Joan Reig, y la maga Melanie. La fiesta continuó con la Bandarra Street Orkestra y con la banda de versiones, Angangas Band.
