El Festival REC emerge con fuerza

El certamen internacional de cine de Tarragona, tras haber estado en crisis, se consolida y encara con optimismo la antesala de su 20º aniversario

08 diciembre 2019 17:10 | Actualizado a 09 diciembre 2019 16:48
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Canción sin nombre, una historia real basada en la desgracia personal de una joven andina y su lucha junto a un periodista, ha sido la gran vencedora del Festival REC 2019.

El primer largometraje de la directora peruana Melina León no hace más que colmarla de satisfacción en cada festival al que se presenta. Y es que cuando las historias tienen alma, fácilmente traspasan la pantalla: León decidió adaptar un reportaje que su propio padre, el periodista Ismael León, redactó en plena crisis política de Perú en los años 80.

Íntegramente en blanco y negro, el film de Melina León se alzó ayer con el premio a mejor Opera Prima Internacional, otorgado por la productora Carla Sospredra, el programador y editor Joan Sala y Jana Wolf, del Festival de Berlín, «por emplear el cine para destapar heridas colectivas que aún a día de hoy siguen sin cicatrizar».

Una valoración que también compartieron las tres miembros del Jurat Jove, por tratarse de una película que, bajo una dirección de fotografía envolvente, les ha acercado a un contexto sociocultural que desconocían, pero que es extrapolable a cualquier sociedad capitalista y que da voz a colectivos que en la actualidad siguen oprimidos.

«Espectadoras de hoy y posibles colaboradoras del Festival en un futuro», tal y como las definió el director del certamen, Javier García Puerto, las tres miembros del Jurat Jove quisieron también hacer mención especial a un film que les hizo reflexionar: La inocencia, de Lucía Alemany, por mostrar la vida de pueblo a través de un retrato naturalista, además de ser obra de una directora joven, como ellas.

Ya no estoy aquí fue el film premiado por Abraham Domínguez, en representación del Jurado de la Crítica: «por ser una visión del viaje del héroe, como un Ulises moderno, que vive su propia odisea entre dos países en constante conflicto. Visión accidental de una danza tribal como la cumbia, como regreso a la Ítaca perdida del sueño americano».

Para finalizar, García Puerto informó que el premio del público recayó sobre System crasher, que es además la película que Alemania presenta el año que viene para los Oscar. 

En este sentido, el apoyo del público es la clave en el crecimiento de este Festival, que va camino de cumplir sus dos décadas con una buena base, pero con poca ayuda detrás, lo que se ha traducido en crisis que dificultan su existencia. Los espectadores están siendo uno los responsables de su desarrollo y auge paulatino, ya que jamás han fallado y en esta edición han colgado el cartel de sold out (vendido) en varias de las proyecciones.

Una señal de esperanza de cara al futuro al que se sumaba Jana Wolf: «Este festival es una perla. En él se muestran películas muy importantes a las cuales el público no tendría acceso». No se quedó atrás Joan Sala, quien quiso reivindicar la importante oferta cultural que ofrece el REC: «es una pena que la lucha de esta festival se limite a la subsistencia, cuando debería ser una estrategia de crecimiento».

Comentaba el director que «esta ha sido una edición de emergencia, pero la respuesta del público ha sido el mayor empuje para seguir». El año que viene el REC cumplirá sus veinte años y merece una fiesta a su altura.
 

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