El Govern estudia implantar un pago anual para eliminar los peajes

Todos los vehículos deberán pagar una viñeta de entre 40 y 100 euros cuya recaudación servirá para levantar las barreras de peaje y hacer el mantenimiento de las vías

19 mayo 2017 15:28 | Actualizado a 19 mayo 2017 15:28
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Catalunya estudia levantar todas las barreras de los peajes a partir de 2018. Esto no significa que circular por el conjunto de autopistas será gratuito, sino que se está diseñando un nuevo sistema de financiación que supondrá una nueva tasa para el conjunto de los conductores.

La administración catalana está trabajando en una viñeta inspirada en el ejemplo austríaco. El proyecto está en fase de «debate», según asegura el secretario de Infraestructures, Ricard Font, y debe servir para establecer «un modelo de financiación para las vías de alta capacidad, más homogéneo y que acabe con los agravios territoriales que hay también dentro de Catalunya».

Las conversaciones se han iniciado con los grupos parlamentarios, entidades empresariales, sindicatos, expertos en infraestructuras y transporte, colegios profesionales y plataformas de afectados como Aturem l’autopista C-32. Estos contactos se producen en el momento en el que están a punto de expirar las concesiones de algunas de las principales autopistas, como es el caso de la AP-7, que en el tramo desde Tarragona a Alacant finaliza el contrato en 2019, mientras que en dirección norte lo hace el 2021, año en el que también quedará libre de peaje la AP-2.

Tasa anual

Con el reloj que ya marca la cuenta atrás encima de la mesa, el Departament de Territori i Sostenibilitat busca establecer un mecanismo para abordar el mantenimiento de estas vías y obtener los recursos necesarios para poder impulsar nuevos proyectos de infraestructuras o relacionados con la mejora del transporte público.

El proyecto con el que se está trabajando prevé que este canon lo paguen el conjunto de vehículos, excepto los especiales, que no pueden circular ni por las autopistas ni por las autovías. La viñeta es un modelo de financiación por tiempo, que se paga mensual, trimestral o anualmente, independientemente de si el vehículo está matriculado en una de las cuatro provincias catalanas o tan solo se encuentra de paso.

El precio orientativo a nivel europeo para tener un uso ilimitado es de entre 40 y 100 euros para los turismos, mientras que en el caso de los camiones se mueve entre los 1.400 euros y los 1.800. Pese a ello, el secretario de Infraestructuras apunta que «no hemos hablado aún de precios ni se ha concretado el modelo».

Con estos ingresos, la administración catalana prevé obtener unos fondos específicamente destinados a comunicaciones. Inicialmente, una parte importante de este paquete serviría para garantizar desde el primer día que el conjunto de los peajes y túneles por los cuales se paga hoy en día a Catalunya sean gratuitos. «A través de la viñeta los ciudadanos financian las bonificaciones, lo que debe permitir levantar todas las barreras actuales y no plantear otras de nuevas en un futuro», argumenta Ricard Font.

Un consorcio con el Estado

El Govern no cree que sea un problema el hecho de que la titularidad de algunas de estas autopistas (es el caso de la AP-7 y la AP-2) sea estatal. Una de las posibilidades que se contempla es la creación de un consorcio en el que además del Estado y la Generalitat también estén las diputaciones, de forma que este nuevo modelo de gestión también sería extensible a las carreteras secundarias. «El funcionamiento podría ser similar al del ATM por lo que sabemos que es completamente factible», argumenta Font.

Peajes a la sombra

Y, cuando se habla de eliminar los peajes, no tan solo se hace referencia a los peajes que pagan directamente los conductores. Aquí también se incluyen los peajes a la sombra que paga la administración a las empresas de acuerdo con el tráfico que registran estas vías.

La Generalitat de Catalunya paga anualmente unos 188 millones de euros en peajes a la sombra, un modelo que empezó a implantarse sobre todo durante la época del Tripartit y que permitió desencallar algunos proyectos como el desdoblamiento de la C-14 entre Reus y Alcover, el Eix Transversal que une Cervera y Girona o el Eix Diagonal, entre Vilafranca y Manresa. En este caso, el pago por uso lo hace la administración catalana, quien asegura que cada ciudadano de Catalunya paga a través de sus impuestos 40 euros para hacer frente a este concepto.

Un tercer ámbito de actuaciones que se financiarán mediante el pago de la viñeta es la mejora y mantenimiento de estas vías.

El número dos del equipo que lidera Josep Rull apunta además que esto beneficiaria también al transporte público ya que «los casi 200 millones que ahora nos cuestan los peajes a la sombra podríamos destinarlos a otros proyectos».

La administración catalana trabaja en la definición de este modelo independientemente de si en septiembre se lleva a cabo el referéndum, tal y como se ha comprometido el Govern, o de que éste deje un escenario en el que nada cambie.

De momento, este grupo de trabajo que ha creado Territori i Sostenibilitat quiere tener una propuesta antes de verano. Ésta debe servir de base para consensuar este modelo, que deberá tramitarse como ley, con lo que el objetivo del Govern es que empiece a aplicarse a partir del año que viene.

Si se cumplen los plazos, su implantación será escasos meses antes de que acabe la concesión de uno de los principales ejes viarios de pago, como es la AP-7. «El debate no está en si serán gratuitas o no. Gratis no lo serán nunca porque si el mantenimiento no se paga por uso va a hacerse vía impuestos», concluye Font.

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