El Palau de Congressos de TGN recupera el pulso y este año casi alcanzará los 150 actos

La diversificación de actividades, más allá de la celebración de simposios, ha conseguido reimpulsar un equipamiento que había perdido fuelle. La ocupación supera los 200 días

09 diciembre 2018 18:28 | Actualizado a 10 diciembre 2018 07:08
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El Palau de Congressos se ha reinventado. Este equipamiento ha encontrado en la diversificación de actividades una dinámica positiva, que ha supuesto un punto de inflexión en la tendencia negativa que se venía registrando año tras año desde 2008. Con datos aún provisionales, se prevé que este ejercicio el recinto cerrará con un total de 149 actividades y una ocupación que supera los 200 días, unas cifras que suponen tres años consecutivos de crecimiento y marcan la línea a seguir de cara a un futuro más inmediato.
El cambio de estrategia se inició tímidamente en 2007. En plena crisis económica, la organización de congresos se vio salpicada por una recesión generalizada. Un segundo factor es el crecimiento de la oferta disponible. «Cada ciudad de España prácticamente tiene un recinto y la organización cada vez es más compleja», explica el gerente de este equipamiento, Jordi Dies. La propia ciudad de Tarragona gana nuevas infraestructuras, como es la TAP o el Seminari. Sin olvidar que en un radio muy próximo están los recintos de PortAventura y la Fira de Reus.

En este contexto, y teniendo en cuenta que la limitada disponibilidad de plazas hoteleras en Tarragona siempre ha supuesto un handicap, los responsables decidieron abrirse a nuevas propuestas. Poco a poco las galas, festivales, graduaciones y fiestas de final de curso han ido ganando protagonismo en las instalaciones. Una segunda línea de actividades son los monólogos o espectáculos de danza que organiza el propio Palau, además de los eventos deportivos que se dan cita en estas instalaciones, como es el Mundial de Bobybuilding o el Concurso Nacional de Danza. Certámenes como Starraco Wars o el First Lego League son otros de los ejemplos de esta diversificación.

A nivel de actos, la evolución es positiva y se está volviendo a niveles de ocupación precisis. «Ahora nos falta igualar la cifra de visitantes», explica Dies. Éste se muestra convencido de que la estrategia del Palau pasa por «seguir innovando en nuevos formatos y no renunciar a nada dentro de nuestras posibilidades».

Sumar sinergias con Reus
El core business de este equipamiento seguirá centrado en la actividad de congresos. Las reuniones y jornadas de trabajo representan aproximadamente el 30% de la actividad que se mueve alrededor de este recinto. 

Los responsables de la gestión del Palau de Fires i Congressos ponen en valor que los congresistas siguen apostando por Tarragona. Y prueba de ello es que algunos eventos de carácter internacional se darán cita en este espacio. Dies asegura que «es un ámbito en el que los resultados no se consiguen de un día para otro. A veces la decisión se toma con tres o cuatro años de antelación».

Barcelona juega en otra liga. La capital catalana empezó a picar piedra antes de los Juegos Olímpicos y ahora está cosechando los resultados sin necesidad de esforzarse en proyectar la marca de una ciudad que se vende sola. Tarragona puede intentar captar algún evento beneficiándose de su proximidad. No obstante, el gerente del Palau de Congressos está convencido de que puede trazarse una estrategia comercial de territorio. «Nosotros, en todo lo posible, queremos ir de la mano de Reus», argumenta. 

Tarragona defiende que ambas ciudades podrían presentar candidaturas conjuntas en el que ambas localidades se complementen. Esto debería permitir ir directamente a las asociaciones organizadoras de eventos para hacer una comercialización directa.
Además, los responsables del Palau apuntan que una de las claves será la reapertura del Hotel Imperial Tarraco, que se está reformando por completo y a partir de mediados del año que viene sumará 139 habitaciones adicionales a la oferta hotelera de la ciudad.

Transformación constante
Inaugurado en el año 1999, el Palau de Congressos amplió sus instalaciones en 2004 con el Recinte Firal. Cuenta con un gran auditorio con capacidad para más de mil personas. Además de la sala August, está la Eutiches, con 250 asientos. No obstante, cada vez más este recinto se ha vuelto más versátil. Han entrado nuevos usos y las instalaciones se adaptan por completo en función del evento. Los escenarios nada tienen que ver cuando se organiza una muestra de clicks o la convención de una empresa.

Para Jordi Dies, el hecho de que Tarragona haya incrementado su oferta con nuevos espacios en los que también se organizan eventos de empresa y congresos no ha restado competitividad al Palau. «Nos complementamos. La TAP organiza eventos para miles de personas que nosotros no podríamos acoger», manifiesta.

Dar a conocer el Palau de puertas afuera y también puertas adentro. Este es uno de los grandes retos de su personal. «La sensación es que, como estamos aquí como encerrados en una cueva, no se hace nada. Pasamos muy desapercibidos», concluye el gerente. 

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