El turista nacional continúa siendo el más importante, el que registra el 40% de la ocupación en los establecimientos de Salou, Cambrils y Vila-seca La Pineda. Se consolida el cambio de tendencia al alza. «Para nosotros el nacional es el más importante», asume Xavier Roig, presidente de la asociación hotelera. «Es un mercado que hay que seguir mimando porque, por suerte, es muy fiel, a pesar de las tensiones que hay a día de hoy a nivel político», añade Roig. En el caso de los apartamentos y las viviendas turísticas, entre el 40 y el 50% de las personas alojadas proceden de algún rincón de España.
El visitante catalán, valenciano, aragonés o vasco figura entre el más asiduo y alarga la tendencia positiva en la economía de los tres últimos años. Precisamente este perfil es el que ha logrado mantener a flote e incluso incrementar su negocio a los campings, incluso en los años más complicados de la recesión.
Entre los extranjeros, sube el mercado alemán, el francés y el holandés, aunque el segundo en relevancia es el británico, con un 20% de ocupación. El ruso tiene un 15%. Ambos suben. Los siguientes son el francés y el irlandés.
Hay nuevas tendencias que están cambiando en parte la afluencia turística en la costa tarraconense. Existen mercado minoritarios hasta ahora que están comenzando a crecer. Entre ellos se encuentra el polaco, el búlgaro, el serbio, el checo y el eslovaco. «Estos mercados representaban cifras muy ínfimas, pero ahora ya se encuentran en porcentajes del 9% y eso quiere decir que son mercados que se están conociendo y que podrían ser fieles y aumentar progresivamente», desgrana la asociación hotelera.
Sólo los campings detectan, como punto negativo, una caída del mercado francés. «Hemos pasado de un 20 a un 15% durante el mes de julio. Es el mercado internacional número 1 del camping», explica Berta Cabré, presidenta de la Associació de Campings de Tarragona. Los recortes en ayudas sociales o la incertidumbre de haber sido año electoral pueden ser algunos factores que influyan.