El auténtico Carnaval se vive en la Baixada del Pajaritu

Los casos de pederastía en la iglesia y el arzobispo fueron protagonistas en esta versión más satírica de la fiesta.

02 marzo 2019 16:56 | Actualizado a 04 marzo 2019 20:06
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Más allá de las plumas y las coreografías largamente ensayadas, el Carnaval también es sátira y, un año más, ésta se desenfrenó durante la Baixada del Pajaritu. Este evento, organizado por la Associació d’Amics Jove Xiquets de Tarragona, tiene a su propio colectivo de devotos. «Para mí el Carnaval es esto. Más crítica y menos lentejuelas, que en el momento en el que estamos falta nos hace», decía Pilar Alió, quien aseguraba  que no había fallado ni un año.

La Baixada del Pajaritu en 10 imatges (i vídeos i més)

El jurado aún estaba deliberando el reparto de premios, cuando en la Plaça del Rei se ha registrado la nota amarga de la Baixada del Pajaritu. Dos agentes de la Guàrdia Urbana han amonestado a algunas de las comparsas participantes y les han exigido que sacaran los coches que tenían allí aparcados.

Arnau Fa y Jorge Pérez ejercieron de maestros de ceremonia. El primero, de monaguillo, mientras que el segundo se había enfundado la sotana y ayer le tocaba hacer el papel de mosén Manyagues, cura de Constantí. Y es que la iglesia, los casos de pederastia  y el arzobispo con sus polémicas declaraciones en las que atribuyó los abusos a «un mal momento» fueron muy protagonistas durante toda la mañana. De hecho, el primero de los elementos que bajó ya era toda una declaración de intenciones. Bajo el lema «La canalla no es toca» los intocables reprodujeron un paso de la Semana Santa en el que cargaban a hombros al máximo representante de la iglesia en Tarragona. No pudo considerarse una andròmina propiamente dicha, ya que no utilizaba ruedas. Sin embargo, la emoción llegó a continuación con los (ER)ecto de Reus, que vestidos de cazafantasmas bajaron a toda velocidad hasta que se llevaron por delante la barra del bar, situada en frente del local del la Jove Xiquets de Tarragona.

Los grupos recogían sus cosas cuando la Urbana les invitó a abandonar la Plaça del Rei

Barriles de cerveza, tiradores y botellas de chartreuse salieron por los aires en un accidente calificado de kale borroka, por parte del periodista de Atresmierda, Toni Garcia, desplazado ayer a Tarragona para cubrir el acto. Éste no dudó en asegurar que detrás de semejante tumulto había la mano negra de Puigdemont desde Waterloo. Unos comentarios que lanzaba mientras los reusenses seguían recuperándose de su tropiezo y la organización intentaba poner orden de nuevo para seguir disfrutando de la mañana. 

A la Guàrdia Urbana de Tarragona no le va la sátira del Pajaritu

El jurado aún estaba deliberando el reparto de premios, cuando en la Plaça del Rei se ha registrado la nota amarga de la Baixada del Pajaritu. Dos agentes de la Guàrdia Urbana han amonestado a algunas de las comparsas participantes y les han exigido que sacaran los coches que tenían allí aparcados.

Pero la tranquilidad duró poco y los de St Pauli volvían a hacer diana en el mismo blanco. Su lema, «Ens ho mengem tot», ya era toda una declaración de intenciones.

Hubo quien priorizó el diseño, como los de El Arca de Juan, y otros quien la crítica, como El carro de los caídos, en el que viajaba el mismísimo general Franco.

Las entidades de la ciudad tampoco fallaron a esta cita. El grupo Alverna recordó a los asistentes que «Tots tenim un mal moment», mientras el Agrupament Escolta i Guia Xaloc reivindicó el reciclaje y protestó en contra de seguir tirando plásticos al mar. Por su parte, el AMPA del Col·legi el Miracle hacía una performance con un barco para dar a conocer el vínculo de este centro con esta playa y el mar. Otra de las entidades que no se perdió la Baixada del Pajaritu era la AEG Fent Camí, que se enfundó el casco y cogió la carretilla para escenificar que empezaban los trabajos de construcción de un local que no acaba de llegar.

A lo loco o con prudencia
Un rudimentario carro de la compra sirvió a los PlataNOs PlataSÍs para participar en el acto. Tras la espectacular caída de la segunda bajada contra las pacas de paja, seguramente el año que viene pondrán más atención en el momento de cuidar de la seguridad. «Madre mía, pero si ha salido volando», decía una mujer entre el público que no podía creerse la suerte que había tenido la víctima, que pudo levantarse por su propio pie tras recuperarse de la caída. Más cuidado en cambio fue el grupo Wolswagen Hippie, que ajeno a la emoción que busca el público, bajó con gran prudencia, evitando cualquier susto. Igualmente cuidadoso se mostró el valiente que transformó su patinete en el Museo del Nàstic, una muestra llena de reliquias y en la que no faltaban las telarañas que han ido acumulándose desde que los granas sumaron su último triunfo. «Como el equipo, no acaba de llegar», le animaba la organización.

En este desfile matutino, el grupo Master Ous ponía de manifiesto el cansancio que sienten delante de los realities y la telebasura. Mientras la reivindicación por unas pensiones dignas también se pudo escuchar en un acto en el que participaron hasta 21 grupos.

El momento agridulce se vivió en la Plaça del Rei. Mientras el jurado aún estaba encerrando deliberando para la entrega de premios, una patrulla de la Guàrdia Urbana de Tarragona llegaba para advertir a los participantes que debían sacar sus vehículos de la plaza. «Coches fuera ya, nos han dicho», aseguraba Paco Burgos. En concreto, se dirigieron a dos de los grupos participantes que estaban cargando sus enseres en los carros de los coches, mientras hacían tiempo para la entrega de los premios. Les tomaron la matrícula y les acompañaron hasta que abandonaron la plaza. «No lo entendemos porque hace años que venimos y no nos había pasado nunca. Supongo que alguien se ha quejado y nos han dicho que la organización debe solicitar autorización», decía una de las participantes del grupo (ER)ecto. En concreto, los dos grupos amonestados eran de Reus y Riudecanyes. «El año pasado ganamos y venimos desde hace mucho tiempo porque es un ambiente que nos gusta mucho», decía Paco Burgos. 

Por la mañana habían cargado los bártulos para vestirse de bañistas. Tras el incidente reconsideraban si el año que viene vale la pena volver. Finalmente, se llevaron el premio al mejor diseño, mientras que los reusense obtuvieron el de la mejor colisión. La Alverna, por el mal momento, obtenía el reconocimiento a la sátira y la crítica, mientras que St Pauli se llevó el premio a la bajada más desastrosa. Los Lego Ninjago, que dejaron al público boquiabierto con un carro que incluso tenía efectos especiales, obtuvo la distinción a la mejor bajada.

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